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jueves, 08 febrero 2024
Educación mediática: la enseñanza de habilidades para navegar en la era de la información
La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), con el apoyo de la Embajada del Reino de los Países Bajos y el Fondo de las Naciones Unidas para la Democracia (FNUD), presenta el diplomado Herramientas para leer el mundo, dirigido a docentes de bachillerato, en el que se aprenderá a detectar la desinformación y a crear medios de comunicación escolares. Este curso gratuito será certificado por la Pontificia Universidad Javeriana.
miércoles, 07 febrero 2024
Libertad de expresión: periodismo, democracia y desinformación
- La Universidad del Rosario, la Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP, y representantes de Suecia analizarán la situación de la libertad de expresión y el periodismo en Colombia y el mundo este 8 de febrero.
- En el evento intervendrán el director de la FLIP, el director ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, y el exprimer ministro de Suecia Stephan Läfven.
viernes, 17 marzo 2023
Una sospecha permanente
Por: María Alejandra Villamizar Maldonado, periodista.
Debía ser el primer semestre de 2014. Estaba en el despacho del ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón. El pretexto de un café serviría para conversar, suponía yo, de lo que para el momento era el tema de interés: el proceso de paz que el gobierno adelantaba con las FARC y al que él no le tenía mucha fe. El ministro me confió entonces un organigrama de esa organización guerrillera que tenía desplegado en una pequeña oficina contigua de su despacho. Una vez estuvimos frente a las fotos, nombres y conexiones entre los líderes guerrilleros, me preguntó con el tono de intuir la respuesta: ¿usted los conoce a todos, cierto? Me llamó la atención la pregunta y le respondí de inmediato. No los conocía a todos, a algunos sí, después de casi una década de cubrimiento de los procesos de paz, y como asesora de la Oficina del Alto Comisionado de la Paz de la Presidencia estos guerrilleros habían sido objeto de trabajo. Y en seguida me soltó la siguiente frase: “María Alejandra, ¿por qué no se viene a trabajar de este lado?”.
Ese es el centro del problema: la misma institucionalidad me ha puesto “de un lado”. Esta anécdota sirve de contexto para ilustrar lo que para mí ha sido una constante en más de 28 años de trabajo y es que los militares hayan creado una sospecha permanente sobre mi trabajo profesional, señalando cercanía o incluso pertenencia a una de las guerrillas colombianas.
Ahora saltemos entonces al perfilamiento del 2019. Yo conozco el proceso de paz con el ELN, que es uno sólo desde 1998. Y en el 2016, tras la firma del acuerdo con FARC, el Presidente Santos me vinculó al equipo del gobierno que sostendría las negociaciones con ese grupo en Quito, Ecuador. Mi jefe directo fue Juan Camilo Restrepo. Yo dejé ese encargo en julio de 2017 y me fui a vivir fuera del país. En enero del 2019, el ELN metió un carro bomba en la Escuela Superior de Guerra Gral Santander en Bogotá y asesino a 23 cadetes.
Indignada, como todos los colombianos, pasado un poco más de un mes y ya vinculada al Canal Caracol, propuse una entrevista con el jefe de la delegación del ELN “Pablo Beltrán”. El canal respaldó la propuesta, el ELN aceptó la entrevista y fue así como se hizo y se publicó el 3 de marzo. Desde ahí comenzó el nuevo capítulo de los perfilamientos.
En el 2020, en plena pandemia, supe que mi nombre, mis datos personales y más detalles de mi vida privada, estaban en una carpeta de la inteligencia militar, junto a la de un grupo grande de periodistas. Esto, que en su momento fue considerado ilegal por el mismo gobierno, produjo la salida de varios militares señalados de utilizar los equipos de inteligencia para entregarle información a un tercero interesado en “encontrar” no sabemos qué, de quienes estábamos siendo perfilados. El Presidente de la Republica Iván Duque en una llamada personal se comprometió conmigo a investigar y llegar hasta el fondo del asunto. Más de 200 colegas en una carta pública se unieron a la pregunta ¿quién ordenó esto? Todavía no lo sabemos.
Desde entonces la historia se ha venido desarrollando. Nueva evidencia ha demostrado que después de que se inició el proceso de seguimientos y vigilancia, la Comandancia del Ejército y su batallón de inteligencia, solicitaron oficialmente realizar una operación llamada “hábil” contra mí, “la periodista María Alejandra Villamizar”. Me dedicaron una operación de inteligencia con fuentes abiertas OSINT, sustentada en la Ley de Inteligencia. ¿Cuál era el objetivo de perfilar a una persona que, en su condición de periodista tiene una vida pública? Según dice el documento investigaban la posible relación con Pablo Beltrán.
La investigación en la Fiscalía no ha avanzado en una línea. Tampoco en la Procuraduría y hoy, en un gobierno diferente tampoco desde el Ministerio de Defensa, o la Comandancia del Ejército hay pronunciamiento alguno.
Lo que estamos pidiendo es que retiren nuestros nombres de cualquier seguimiento que pretenda sembrar señalamientos de vínculos con grupos ilegales por realizar tareas periodísticas, como una entrevista a un jefe de un grupo ilegal —que hoy vuelve a ser protagonista de una mesa de negociaciones—. Y que de una vez por todas, se supere el complejo de los militares de descargar en unos profesionales de la información, relaciones inexistentes que violan la libertad de prensa y vulneran los derechos fundamentales. Dejar atrás la estigmatización sería un paso fundamental para ejercer libremente el periodismo en un país en el que la guerra continua, y la seguiremos cubriendo como es nuestro deber.
viernes, 03 diciembre 2021
25 años de la FLIP
Columna escrita por Jaime Abello, director de la Fundación Gabo.
El 17 y 18 de marzo de 1995 celebramos en Cartagena el seminario inaugural de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano - FNPI (actual Fundación Gabo), organizado conjuntamente con el Comité de Protección de Periodistas de Nueva York (CPJ) y dedicado al tema de la libertad de prensa y la protección del trabajo de los periodistas en Colombia.
La convocatoria se hizo con el ánimo de buscar respuestas ante la violencia que golpeaba el periodismo colombiano y con el objetivo de crear una organización de protección para los periodistas, que desarrollara espacios de solidaridad para evitar que la violencia y la impunidad acallaran la libertad de prensa.
Para ello se querían aprovechar como ejemplos la experiencia y métodos del CPJ de Estados Unidos y del IPYS de Perú, con miras a aplicarlos al caso colombiano.
El encuentro fue presidido por Gabriel García Márquez, creador y presidente de la junta directiva de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, al cual acompañé yo, Jaime Abello Banfi, en la doble condición de Gerente de Telecaribe y de cofundador y director de la naciente Fundación.
Por Colombia asistieron Enrique Santos Calderón, Subdirector de El Tiempo, quien nos había hecho el contacto con el CPJ; Arturo Fernández Renowitzky, Director (e) de El Heraldo; Heiner Castañeda y Hernando Corral, del Noticiero de Las Siete; José Salgar e Ignacio Gómez, de El Espectador, Francisco Santos de El Tiempo, Germán Mendoza Diago, de El Universal, Hernando Salazar, de la Defensoría del Pueblo; Judith Sarmiento, de Caracol Radio; Ernesto McCausland, de El Heraldo; Gloria Tamayo del Círculo de Periodistas de Bogotá; María Teresa Herrán de El Espectador; Patricia Gómez, del Noticiero Buenos Días Colombia y Alberto Velásquez, de El Colombiano.
La delegación del CPJ la conformaron su Director, Bill Orme, la coordinadora de programas y coorganizadora de la reunión Ana Arana, los directivos Terry Anderson, James C. Goodale, Alberto Ibargüen y además Mark Seibel, editor de The Miami Herald. Participaron además Kela León del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) de Perú y Humberto Mendieta como relator.
En sus palabras iniciales, Gabriel García Márquez dijo de manera memorable: "Temo que algunos de ustedes se pregunten qué tiene que ver una escuela de periodismo empírico con los nobles propósitos del Comité para la Protección de Periodistas. Es muy sencillo: un factor esencial en la defensa de la integridad de un periodista, de su independencia y hasta de su vida, es una buena formación profesional.
Empecemos por observar juntos que cuanto más se fundan escuelas académicas de periodismo, más evidente se hace que enseñan muchas cosas útiles para el oficio, pero muy poco del oficio mismo. Y casi nada de las dos materias más importantes: la práctica y la ética.”
En la reunión se estableció que durante los últimos 16 años habían sido asesinados en Colombia 102 periodistas por distintas razones. En muchos casos se trató de muertes ocurridas en el ejercicio del oficio. El 90% de estos crímenes se mantenía en la impunidad en 1995. La mayoría de esas muertes y las amenazas contra los periodistas se generaron en frentes como el narcotráfico, la guerrilla, el paramilitarismo, el abuso de autoridad, la corrupción política y la delincuencia común. Por esas razones Colombia era el país con el mayor índice de riesgo para los periodistas en el mundo. Además, el país enfrentaba una ola de corrupción institucionalizada que afecta la libertad de prensa, uno de los pilares de la democracia.
Preocupados por esta situación, los participantes en el seminario recomendaron, entre otros puntos:
- Crear una organización especializada en la protección de los periodistas y en el seguimiento de los casos de peligro para la actividad periodística.
- Esa organización debe promover la solidaridad entre los periodistas y hacer vigilancia y presión para exigir actuación de las entidades estatales y lograr que la justicia castigue con eficacia los crímenes cometidos contra periodistas.
- Debe ser una organización autónoma y abierta, con participación de los periodistas a título personal y no como representación de los medios, pero con aportes de los periodistas individualmente considerados, de las agremiaciones, de los medios directamente y de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano.
- Para integrar el comité coordinador del proceso de organización fueron designados los periodistas Judith Sarmiento, Patricia Gómez, Ignacio Gómez y Francisco Santos Calderón.
Un año después, en 1996, se constituyó e inició labores la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP).
Al celebrar este aniversario 25, me satisface personalmente haber sido miembro promotor y fundador, junto con Gabriel García Márquez, así como miembro de la junta directiva de la FLIP por muchos años. La Fundación Gabo ha sido siempre aliada institucional de la FLIP y hemos cooperado en proyectos tanto de manera directa como en el marco del Proyecto Antonio Nariño (PAN), coalición que creamos en 2001, teniendo como una de sus finalidades fortalecer y apoyar a la FLIP. Pero sobre todo me encanta identificarme como miembro de la asamblea y como amigo y compañero de batallas de tantos colegas de todas las regiones de Colombia a lo largo de 25 años.