Secuestro simple contra editor de Verdad Abierta
El sábado, 16 de mayo, pasado el mediodía, tres hombres vestidos de civil y desarmados entraron a un restaurante donde se encontraba almorzando Restrepo. Los hombres se dirigieron a él, lo cuestionaron por su trabajo y por las preguntas que estaba haciendo. Después, le pidieron que los acompañara.
Juan Diego les contestó que él tenía que tomar el bus de regreso a las tres de la tarde, a lo que le respondieron: “tranquilo periodista, eso es breve y aquí está a las 3”.
Los hombres subieron a Restrepo en una de las dos motos en las que habían llegado y condujeron durante 30 minutos hasta llegar a una casa. En el lugar, lo recibieron dos sujetos armados con fusiles Galil y vestidos con uniformes del EPL. Pasados unos minutos, los hombres volvieron a subir al periodista a la moto y lo trasladaron hasta un siguiente punto, del que posteriormente sería trasladado hasta una casa abandonada, donde fue retenido durante cuatro horas.
En ese lugar estuvo vigilado por cuatro hombres vestidos de civil y armados con pistolas, integrantes del Frente Libardo Mora Toro del EPL. Los hombres le quitaron la cédula para contrastar la identidad del reportero y lo interrogaron para corroborar los motivos de su presencia en la región y darle a conocer sus opiniones sobre el Catatumbo. Según Restrepo, en ningún momento fue maltratado, ni verbal ni físicamente, ni ejercieron ningún tipo de presión sobre el contenido periodístico de su trabajo o sobre las fuentes consultadas.
Según informó el portal Verdad Abierta, Restrepo está investigando cómo viven estas comunidades bajo el control que tiene el grupo del EPL en esa región de Norte de Santander, y las expectativas que se tienen frente al proceso de paz.
Pasadas las seis de la tarde, los hombres que custodiaban a Restrepo lo llevaron de nuevo hasta una casa dónde lo entrevistó alias ‘Caracha’. El jefe de la escuadra le dijo al periodista que la retención se debía a problemas de seguridad que habían tenido en las últimas semanas y que debían controlar quién rondaba por el pueblo y quién hacía preguntas. También le preguntó sobre el medio Verdad Abierta, sobre su relación con la Revista Semana y el trabajo que estaba haciendo.
Sobre las 7 de la noche el periodista fue devuelto al casco urbano de Hacarí, dónde lo esperaban el sacerdote del pueblo y el personero. Al día siguiente, y en compañía de la Defensoría regional del Pueblo, el periodista salió del municipio.
Para la FLIP es preocupante que se presenten este tipo de situaciones en contra de la libertad de prensa y del cubrimiento de asuntos relacionados con el conflicto. Además de la retención de Restrepo, es cuestionable la inactividad por parte de las autoridades locales para prevenir este tipo de situaciones y para investigar los hechos.
Si bien la actitud de los miembros del EPL con Restrepo fue respetuosa y no violenta, esto no significa que en circunstancias distintas podría haber ocurrido un desenlace desafortunado. Además de esto, la forma en que se desarrollaron los hechos dan cuenta de que lo ocurrido con Restrepo fue un secuestro simple, que de acuerdo a lo establecido en el Código Penal, consiste en que “el que con propósitos distintos (fines publicitarios o de carácter político) a los previstos en el artículo siguiente, arrebate, sustraiga, retenga u oculte a una persona”.
En este caso es importante recordar que el Principio 9 de la Declaración de Principios Sobre Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) establece que “el asesinato, secuestro, intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión. Es deber de los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación adecuada”.
La FLIP hace un llamado a los actores del conflicto para que no interfieran en las labores periodísticas y espera que existan garantías, por parte de las autoridades locales y nacionales, para que los reporteros puedan realizar todo tipo de investigaciones que resultan cruciales en el desarrollo de los diálogos de paz.
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