Periodista Américo Viáfara asesinado en Cali

Según versiones de la Policia, un microbús interceptó al vehículo, propiedad de Rubén Darío Córdoba, en el que se movilizaban los tres hombres. Dos sicarios en moto llegaron en ese momento y dispararon varias veces. Viáfara recibió varios impactos de bala y fue llevado junto con sus acompañantes a la Clínica Valle del Lili donde murió minutos más tarde. Rubén Darío Córdoba también falleció tras haber sido trasladado a la clínica y Manuel Sevillano, que también fue herido en el atentado, se encuentra actualmente recluido en ese hospital.

Las primeras versiones recogidas por la FLIP indican que al parecer el atentado iba dirigido contra el comerciante Rubén Darío Córdoba y no tendría relación con la actividad periodística de Américo Viáfara. No se tiene conocimiento de que el periodista hubiera recibido previamente amenazas.

Viáfara, casado y con dos hijos, tenía una larga trayectoria periodística. Durante cerca de doce años trabajó como reportero, productor de documentales y programas para la televisión regional. Hasta 1994 fue corresponsal de los noticieros Noticinco y Notipacífico en Buenaventura. Durante casi seis años produjo documentales para el canal regional de televisión Telepacífico. En sus documentales, Viáfara siempre abordó temas relacionados con el turismo, las costumbres y los eventos culturales del Pacífico colombiano.

Hacía varios meses había regresado de Estados Unidos en donde realizó un informe sobre el apoyo a las comunidades negras del Pacífico colombiano que fue transmitido por Notipacífico. Recientemente Víafara había trabajado en algunos proyectos institucionales con el canal nacional de televisión pública, Señal Colombia.

Las autoridades judiciales iniciaron las investigaciones sobre este caso y aún no tienen información sobre los móviles o posibles autores de este crimen. La Fundación para la Libertad de Prensa - FLIP- estará haciendo seguimiento a este caso y a las actuaciones de las autoridades para esclarecer el homicidio.

Ell departamento del Valle del Cauca presenta uno de los más altos índices de inseguridad y de violencia en el país. Los periodistas no han sido ajenos a esta realidad y, aunque este caso parece no tener relación con el periodismo, se requiere una acción rápida y eficaz por parte del Estado.