Amenazas, agotamiento y autocensura: radiografía del periodismo en Colombia
El 2024 pasará a la historia como el más mortífero a nivel mundial para los periodistas: 128 reporteros y reporteras fueron asesinadas como retaliación a su trabajo. En su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2025, Reporteros Sin Fronteras alerta que la mitad de los países del mundo presentan un contexto desfavorable para ejercer el periodismo y que, por primera vez en la historia de esta medición, “la situación es crítica a nivel mundial”.
En Colombia, el año que acaba de terminar ha sido el más letal y con mayor número de ataques de la última década. En estos primeros meses del año esa tendencia permanece: entre el 1 de enero hasta el 2 de mayo, hay registro de 57 amenazas y el asesinato de un periodista, Óscar Gómez Agudelo. También, es evidente el aumento de las intimidaciones, los casos de acoso judicial, las campañas de desprestigio por parte de funcionarios públicos, así como en el debilitamiento económico de los medios.
Hoy, en el Día Mundial de la Libertad de Prensa y en alianza con Cifras & Conceptos, presentamos el informe ‘Cómo se vive y se sobrevive al periodismo en Colombia’, un análisis que deja en evidencia que el periodismo en el país no solo está precarizado: está emocionalmente agotado. Las condiciones laborales, los modelos de negocio, las presiones institucionales y las distintas violencias están erosionando una profesión que es fundamental para la democracia. Sin acciones concretas, estructurales y diferenciadas, se corre el riesgo de que el desgaste se convierta en una forma silenciosa de censura.
Este informe está basado de los resultados de la Encuesta Nacional de Libertad de Expresión-2025, realizada para conocer la percepción de periodistas acerca del estado de la libertad de expresión y salud mental en Colombia, y que por primera vez incorpora un módulo sobre riesgos psicosociales en el periodismo. En total, se entrevistó a 569 trabajadores de medios de comunicación — entre periodistas, columnistas, directores, editores, entre otros cargos— de todas las regiones del país. La muestra está compuesta mayoritariamente por hombres —411 frente a 154 mujeres y 2 personas trans—, una sobrerrepresentación masculina que refleja las desigualdades estructurales de género que persisten en el oficio.
El resultado señala una radiografía del oficio preocupante pero, a su vez, naturalizada: además de enfrentar balas y censura directa, el periodismo colombiano también lidia con jornadas eternas, salarios bajos, amenazas invisibles, métricas inalcanzables y un peso emocional que llevan en silencio. Por ejemplo, el 72% de las y los encuestados aseguró que ha experimentado algún tipo de desgaste emocional como consecuencia directa de su labor periodística. Por otro lado, entre las causas principales de estrés se encuentran la falta de estabilidad económica (73 %), los contratos temporales y los bajos salarios (40 %), y la exposición a contextos de conflicto armado o violencia (38 %); esta tendencia se refuerza al analizar las tres condiciones laborales que más les afectan: los salarios insuficientes (80 %), la ausencia de contratos estables (77 %), y los horarios prolongados sin descanso adecuado (71 %).
Así mismo, el modelo digital y la irrupción de la inteligencia artificial (IA) han incluido nuevas tensiones. A pesar de que buena parte de las y los trabajadores de medios ve esto como una oportunidad, la dependencia de métricas algorítmicas y la baja apropiación tecnológica refuerzan la lógica de la sobreproducción, imponen nuevas formas de presión emocional y restan valor al contenido crítico. En este sentido, el periodismo corre el riesgo de someterse a criterios de visibilidad y rentabilidad por encima de los principios editoriales.
A este contexto, se suma otro desafío: el deterioro sostenido de las condiciones para ejercer la libertad de prensa. Entre 2023 y 2025 hubo un aumento significativo en las agresiones, particularmente en entornos digitales y en el uso de herramientas de vigilancia o hackeo. Por su parte, la autocensura se consolida como una práctica de autoprotección: muchos periodistas a abandonar temas sensibles o a mantenerse en silencio por el temor a perder pauta, a enfrentar sanciones o a sufrir represalias por parte de actores armados o estatales.
Aquí pueden conocer nuestro informe completo y aquí acceder a la Encuesta Nacional de Libertad de Expresión, realizada en alianza con Cifras y Conceptos.
La FLIP en la Feria del Libro de Bogotá
Si desean conocer más información sobre el informe y el estado de la libertad de prensa en Colombia, les invitamos a asistir hoy al conversatorio Vivir y sobrevivir al periodismo en Colombia, a las 4:30 p.m., en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, en Corferias (Pabellón 16, stand 1323 de El Espectador), o a conectarse en la transmisión que hará El Espectador en sus canales de Facebook, Youtube e Instagram.
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