Periodistas de La Opinión fueron víctimas de un atentado en Cúcuta

El jueves 12 de enero los reporteros se trasladaban en un vehículo de la Unidad Nacional de Protección (UNP) hacia el barrio San Gerardo de Cúcuta para cubrir el asesinato de una taxista. En el camino dos desconocidos en moto obstruyeron el paso de la camioneta en la que se transportaron los periodistas y uno de los hombres amenazó para que no hicieran la investigación. A pesar de que Herrera se identificó como periodista, el hombre continuó con la intimidación.

Cuando el equipo periodístico de La Opinión iba de vuelta, alrededor de seis motos rodearon la camioneta y los reporteros fueron presionados a bajar del vehículo para ser linchados. Herrera le pidió al guardaespaldas que acelerara para abandonar el lugar y en ese momento se escucharon disparos al aire que no afectaron a los reporteros. Los desconocidos lanzaron una piedra contra la camioneta y rompieron el panorámico trasero.

Luego de abandonar la situación de riesgo, Herrera y González se pusieron a salvo en el Centro de Reacción Inmediata (CAI) de la zona industrial de la ciudad. Los afectados resultaron ilesos.

La FLIP expresa su preocupación por la situación de seguridad de los periodistas de La Opinión. El pasado 12 de julio de 2016 se presentó una situación similar en contra de Jhon Jairo Jácome y Juan Pablo Bayona, quienes también trabajan en el medio. En esa ocasión los reporteros quedaron en medio del fuego cruzado mientras cubrían un operativo de la Policía contra los contrabandistas de la frontera. Además de la agresión contra Jácome y Bayona, durante el 2016 la FLIP registro cinco amenazas y tres secuestros en Norte de Santander

Teniendo en cuenta los hechos ocurridos y la difícil situación de orden público en el departamento, la FLIP le solicita a la UNP que se refuercen las medidas de protección de los periodistas afectados.

Adicionalmente, la Fundación insta a la Fiscalía para que investigue los hechos con el fin de sancionar a los responsables. La permisividad de las autoridades en estos casos crea un ambiente propicio para que este tipo de ataques se repitan.