El último cubrimiento de Alberto Sánchez y Luis Rincón
Hace 21 años fueron asesinados los camarógrafos y periodistas Alberto Sánchez Tovar y Luis Alberto Rincón. Sus cuerpos fueron encontrados en el área rural de El Playón, Santander. En su momento, algunas versiones afirmaron que habrían sido detenidos por grupos armados mientras iban de camino a hacia El Playón. Fueron secuestrados y luego asesinados.
El día de los hechos fue confuso. Alberto y Luis se dirigían a cubrir la elección del sucesor del alcalde Ramiro Alarcón, que también había sido asesinado dos meses atrás. Una de las primeras versiones de los hechos ubicaba a Vidal Abreo, uno de los colegas periodistas de Alberto y Luis, como uno de los asesinados. Ese día Vidal se dirigía a El Playón, casi a la misma hora que Alberto y Luis, tan solo se llevaban una distancia de entre 10 y 15 minutos. Sin embargo, él no fue detenido y pudo pasar sin problema.
Alberto Sánchez Tovar fue primero periodista y luego gerente de su propia empresa: Producciones de Colombia Ltda. Había contratado a Luis Alberto Rincón, camarógrafo independiente y que trabajó para Comuneros Televisión y para Teleoriente.
Las cámaras fotográficas y de video de los dos periodistas fueron robadas por sus agresores. Sin embargo, según las autoridades, los victimarios intentaron disfrazar su crimen como un robo.
La violencia de la época
Tan solo un día antes del homicidio de Sánchez y Rincón, otras siete personas fueron asesinadas en el país a manos de grupos armados. En el 99 muchas áreas alejadas de los centros urbanos se encontraban azotadas por guerrilleros y paramilitares. Ese año fueron asesinados otros cuatro periodistas: Jaime Garzón, Guzmán Quintero Torres, Rodolfo Julio Torres y Pablo Emilio Medina.
Durante estos 21 años muy poco ha pasado en materia investigativa de todos estos casos. Esto, a pesar de que en su momento varias organizaciones, como Reporteros Sin Fronteras y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), condenaron los asesinatos e hicieron declaraciones para que se aceleraran las investigaciones en la Fiscalía.
Ese año los periodistas, especialmente en regiones, fueron objeto de amenazas y amedrentamientos. A finales del 99 la SIP denunció con especial preocupación el caso del periodista Carlos Pulgarín, quien tuvo que salir forzosamente al extranjero tras recibir amenazas de muerte directamente vinculadas a su actividad profesional.
A esta fecha, el crimen contra Alberto y Luis tiene condena a autores materiales. No hay condena contra los determinadores de los asesinatos.
En la FLIP no queremos que sus nombres caigan en el olvido. Gracias por recordar con nosotros.
Publicado en Pronunciamientos
Etiquetado como Impunidadparamilitares
Temas de interés
Otros pronunciamientos
sábado, 05 noviembre 2022
Raúl Echavarría Barrientos, el periodista que luchó contra el narcotráfico
Hace 36 años asesinaron al periodista Raúl Echavarría Barrientos en frente de su residencia en Cali, Valle del Cauca. Trabajó en El Colombiano, El País y fue subdirector del Diario de Occidente hasta el día de su muerte. Como periodista, Echavarría se caracterizó por condenar la infiltración de narcotraficantes en la política, denunciar la corrupción y apoyar la extradición.
Una época álgida para hacer periodismo
A finales de la década de los setenta, el país se encontraba en una coyuntura histórica debido a la centralización de la actividad y el poder de narcotraficantes en Cali y Medellín. Los grandes carteles del narcotráfico permearon la vida de los ciudadanos y, en su intento por conquistar el poder del Estado, se convirtieron en una amenaza a la seguridad nacional y exacerbaron la violencia interna.
Mediante el discurso político, el enriquecimiento y la acumulación de poder, los carteles ganaron un reconocimiento social. “Era la época en la que las sociedades estaban entregadas al narcotráfico y sus integrantes eran vistos como adalides, más que como unos antisociales o unos hampones —explica Héctor Echavarría, hijo del periodista—. Una gran distorsión de los valores sociales que mi padre tenía muy claro lo lesivo que podían ser para la sociedad y, por eso, los confrontó”.
Con el paso del tiempo, el tráfico de drogas y el establecimiento de la estructura sicarial permitieron el fortalecimiento de los carteles en el país. En consecuencia, se erosionó la vida institucional, primó el clientelismo y hubo un detrimento del entorno político, económico y social.
Un periodismo crítico de las realidades
Echavarría era oriundo de Fredonia, Antioquia y desde muy joven se vinculó al periodismo. En su departamento natal inició como columnista en El Colombiano; posteriormente, en Cali, trabajó en el Diario del Pacífico; en Bogotá, estuvo en El Siglo, al lado de Laureano Gómez; luego migró a Cali a trabajar en El País, hasta que recibió una oferta para ser el subdirector del Diario de Occidente. Su larga trayectoria periodística, osadía y perseverancia, lo convirtieron en uno de los periodistas del país más críticos contra los carteles.
Su hijo, Héctor, recuerda que cuando trabajaba en el Diario de Occidente “él dirigía el periódico, era el encargado de titular la primera página, de escribir la editorial y cada que él consideraba que era necesario emprender una cruzada que defendiera la sociedad, lo hacía”. Desde su columna, Molino de Viento, denunció abiertamente a los narcotraficantes, siendo consciente de los riesgos que corría adoptar esa posición. “En los últimos años, antes de su muerte, enfrentó los carteles de Cali y del Valle del Cauca. En ese momento tenían muchísimo poder económico, político, influencia en los medios y no permitían que fueran confrontados por ningún actor de la sociedad”, agrega.
Su labor lo llevó a forjar un carácter fuerte y a mantener una posición firme con sus convicciones. Echavarría fue una de las personas que manifestó su apoyo a la extradición de los narcotraficantes y dos días antes de su asesinato escribió Molinos de papel, una columna para el Diario de Occidente, en donde propugnaba por la pena de muerte para los mafiosos.
Además, fue un amante de las corridas de toros, bajo el seudónimo de Raulete, el periodista escribía una columna para RCN sobre la fiesta taurina en Cali. También, le llamaba la atención lo relacionado con la aviación civil y comercial, por eso, dedicó parte de su vida a escribir libros como: así se llega a las alturas (1948), historia de la aviación (1974), Fuerza Aérea colombiana, su epopeya y grandeza 1919-1974 (1974) y en la ruta de las estrellas (1983).
El camino en búsqueda de la justicia
“Mi padre no manejaba, manejaba mi madre y usualmente ella lo recogía en el periódico que quedaba en el centro de Cali, en la Plaza de Caicedo. Pero, el 17 de septiembre de 1986, decidió irse en una camioneta del medio, en compañía del chofer y un camarógrafo. Mi madre se sentó en la sala a esperarlo y cuando estaba llegando a la puerta de la casa, unos sicarios le dispararon. El conductor lo llevó a urgencias del Hospital Universitario del Valle, que queda a una cuadra y media de mi casa, pero cuando llegó ya estaba muerto”, expresa su hijo.
El crimen se le atribuyó al cartel de Cali, pero nunca se realizaron las investigaciones suficientes para determinar quién fue el autor del asesinato del periodista. La impunidad de este homicidio significó un golpe a la prensa crítica de las estructuras criminales, y desencadenó una persecución de aquellos periodistas que tuvieran la osadía de confrontar o significaran un riesgo para los carteles y sus organizaciones.
Desde la FLIP, conmemoramos la labor que hizo el periodista Echavarría, que siempre mantuvo los estándares de la ética periodística y social muy altos. Gracias por recordar con nosotros.
domingo, 01 noviembre 2020
Juan Camilo Restrepo, la joven promesa de Ebéjico
Todos los días Juan Camilo Restrepo llegaba de mañana a Galaxia Estéreo, la emisora comunitaria que dirigía en Sevilla, un corregimiento del municipio de Ebéjico, Antioquia. En su espacio radial se dedicaba a informar y entretener a la ciudadanía, pero también hacía fuertes críticas a la administración local.
El 31 de octubre del 2000, y con tan solo 26 años de edad, fue asesinado, aparentemente, por paramilitares. Las investigaciones dieron a conocer que Juan Camilo habría cubierto en sus emisiones varios casos de corrupción de funcionarios locales. Su asesinato habría sido una retaliación a sus críticas.
Un periodista nato
Desde que era joven Juan Camilo sintió pasión por el periodismo. Su gran amigo y colega Héctor Echevarría recuerda que antes de entrar a la universidad les encargaron la coordinación de una pequeña emisora en AM que había comprado la parroquia del pueblo. “Luego de eso, Juan Camilo quedó muy emocionado con el tema y su sueño era tener algo en FM”, dice Héctor.
Luego de eso Juan Camilo hizo su carrera de comunicador en la universidad. Aprendió más sobre el oficio del periodismo y cultivó una carrera prometedora en Medellín. Allí trabajó en TeleAntioquia, en la emisora Oriente Stereo de RCN, Rumba y La Z. “Todo eso lo dejó botado cuando se enteró que estaban adjudicando unas emisoras comunitarias en FM”, comenta Héctor.
En 1997 Juan Camilo volvió a su pueblo natal, Ebéjico, para ponerse en frente de la emisora que se llamaría Galaxia Estéreo. Héctor cuenta que la emisora fue tan exitosa que se escuchaba en gran parte del occidente antioqueño.
Parte del éxito de la emisora es que Juan Camilo se encargó de capacitar a su grupo de trabajo con las herramientas que él había aprendido en la universidad. “Además de posicionar la emisora, Juan Camilo realizó un trabajo muy importante de escuela periodística”, afirma Héctor.
Los momentos de temor
“Nosotros nunca nos metimos con ellos”, dice Héctor, refiriéndose a las AUC, el grupo paramilitar que tenía una amplia presencia en la zona. Sin embargo, nada pudo evitar que el equipo de Galaxia Stereo quedara en la mira del grupo.
Para Héctor todo empezó cuando en época de elecciones hicieron un programa, junto a concejales de la oposición, en el que criticaban fuertemente al alcalde. “Nosotros no estábamos a favor de nadie, más bien le abríamos los micrófonos a cualquier persona que quisiera dar el debate”, comenta Héctor, explicando que ellos nunca se catalogaron como oposición de la Alcaldía.
A partir de ese momento el alcalde saliente les declaró la guerra. Hizo que la Junta de Acción Comunal, que administraba la emisora, llamara repetidamente a elecciones de un nuevo director, para poder sacar a Juan Camilo de la dirección. “Nunca lo lograron, a pesar de que el alcalde le daba plata a los miembros de la junta para que votaran por otra persona, Juan Camilo siempre arrasó en las elecciones”, recuerda Héctor.
Las AUC, que atemorizaban al pueblo de Ebéjico, nunca les hicieron amenazas de muerte. “Jamás nos dijeron que nos teníamos que ir del pueblo o que nos iban a matar, lo que sí es que nos decían a modo de advertencia que no nos metiéramos con el alcalde”, cuenta Héctor.
Juan Camilo era consciente del peligro, así que un mes antes de las elecciones decidió que la programación de la emisora sería netamente musical, nada de debates que pudieran causar controversia.
Días antes de las elecciones el candidato que se posicionaba como el favorito fue hasta a la emisora y amenazó al equipo de Galaxia Estéreo. Héctor recuerda claramente las palabras de quien días después se convertiría en alcalde de Ebéjico: “yo voy a ganar y ese día ustedes se van”
La cita
“Todo fue muy inesperado”, cuenta Héctor. Ellos sabían que podían tener problemas con el alcalde electo y por eso acordaron que si cualquiera de los dos recibía una amenaza, saldrían del pueblo.
A pesar del temor, los días transcurrieron sin novedades hasta que un día uno de los comandantes de las AUC llegó a las oficinas de la emisora. “Lo que cuentan es que este señor le dijo a Juan Camilo que todo estaba bien, que el jefe solo quería limar asperezas y que querían acordar cómo podían trabajar juntos”, dice Héctor.
En ese momento el paramilitar le dijo que era importante hacer una reunión con el jefe de las AUC, que estaba esperándolos en la montaña y que no tardarían. Juan Camilo aceptó, sin saber que la reunión fue la excusa que tuvieron para poder matarlo. Fue asesinado en frente de su hermano, quien lo había acompañado en moto hasta el lugar de la cita.
Luego de eso, todo el equipo de Galaxia Estéreo tuvo que huir del pueblo y dejar el sueño que estaban cumpliendo con la emisora.
El asesinato de Juan Camilo entristeció tanto a la comunidad, que las mismas AUC organizaron una reunión para justificar el asesinato del periodista. Dijeron que era informante de la guerrilla y por eso lo habían tenido que matar.
Hoy, se cumplen 20 años del homicidio de este periodista y su caso está en completa impunidad. Juan Camilo fue un periodista que a pesar de su corta edad, logró aportarle a la comunidad a través de su emisora. Que no caiga en el olvido su invaluable labor. En la FLIP no olvidamos.
domingo, 29 noviembre 2020
El último cubrimiento de Alberto Sánchez y Luis Rincón
Hace 21 años fueron asesinados los camarógrafos y periodistas Alberto Sánchez Tovar y Luis Alberto Rincón. Sus cuerpos fueron encontrados en el área rural de El Playón, Santander. En su momento, algunas versiones afirmaron que habrían sido detenidos por grupos armados mientras iban de camino a hacia El Playón. Fueron secuestrados y luego asesinados.
El día de los hechos fue confuso. Alberto y Luis se dirigían a cubrir la elección del sucesor del alcalde Ramiro Alarcón, que también había sido asesinado dos meses atrás. Una de las primeras versiones de los hechos ubicaba a Vidal Abreo, uno de los colegas periodistas de Alberto y Luis, como uno de los asesinados. Ese día Vidal se dirigía a El Playón, casi a la misma hora que Alberto y Luis, tan solo se llevaban una distancia de entre 10 y 15 minutos. Sin embargo, él no fue detenido y pudo pasar sin problema.
Alberto Sánchez Tovar fue primero periodista y luego gerente de su propia empresa: Producciones de Colombia Ltda. Había contratado a Luis Alberto Rincón, camarógrafo independiente y que trabajó para Comuneros Televisión y para Teleoriente.
Las cámaras fotográficas y de video de los dos periodistas fueron robadas por sus agresores. Sin embargo, según las autoridades, los victimarios intentaron disfrazar su crimen como un robo.
La violencia de la época
Tan solo un día antes del homicidio de Sánchez y Rincón, otras siete personas fueron asesinadas en el país a manos de grupos armados. En el 99 muchas áreas alejadas de los centros urbanos se encontraban azotadas por guerrilleros y paramilitares. Ese año fueron asesinados otros cuatro periodistas: Jaime Garzón, Guzmán Quintero Torres, Rodolfo Julio Torres y Pablo Emilio Medina.
Durante estos 21 años muy poco ha pasado en materia investigativa de todos estos casos. Esto, a pesar de que en su momento varias organizaciones, como Reporteros Sin Fronteras y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), condenaron los asesinatos e hicieron declaraciones para que se aceleraran las investigaciones en la Fiscalía.
Ese año los periodistas, especialmente en regiones, fueron objeto de amenazas y amedrentamientos. A finales del 99 la SIP denunció con especial preocupación el caso del periodista Carlos Pulgarín, quien tuvo que salir forzosamente al extranjero tras recibir amenazas de muerte directamente vinculadas a su actividad profesional.
A esta fecha, el crimen contra Alberto y Luis tiene condena a autores materiales. No hay condena contra los determinadores de los asesinatos.
En la FLIP no queremos que sus nombres caigan en el olvido. Gracias por recordar con nosotros.