Lisbey Aguilar, había empezado a trabajar desde enero del 2012 para la oficina de prensa de la alcaldía de Calarcá, realizando diferentes productos institucionales. El 20 de noviembre se había vencido su contrato y a la fecha de su muerte Lisbey se encontraba sin trabajo. Lisbey se desempeñó como camarógrafo durante veinte años y había trabajado, entre otros, con canales locales y regionales de televisión.
Según el reporte de las autoridades, el cuerpo de Lisbey fue hallado, ya sin vida, en su casa por un allegado quien lo encontró cubierto por una cobija. “La primera y única hipótesis que se maneja es que habría sido una agresión a causa de un problema sentimental con alguna expareja”, le dijo a la FLIP el comandante de la Policía del Quindío, Luis Enrique Roa.
A pesar de que Lisbey no había advertido de que hubiera amenazas en su contra, pocos meses atrás de su asesinato había sido víctima de un ataque con arma blanca, a pocos metros de su casa. El autor de esta agresión, que no fue denunciado en su momento por Aguilar, y que estaría relacionada a razones personales y no con el ejercicio de su oficio, estaría vinculado a su asesinato, según le explicaron a la FLIP fuentes de la Policía.
La FLIP exhorta a las autoridades locales a que se adelanten las investigaciones correspondientes y aclarar lo sucedido en el menor tiempo posible.