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Repudio a la violencia sexual de la fuerza pública para limitar la libertad de prensa
Pronunciamiento - jueves, 17 septiembre 2020
Temblores ONG, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) y Sisma Mujer rechazan las prácticas de la Policía Nacional que vulneraron el derecho a la dignidad humana, a una vida libre de violencias y la libertad de prensa de una periodista en Bogotá, que fue sometida a prácticas de tortura y violencia sexual por parte de agentes de la Policía en la estación de Policía de la localidad Santa Fé, ubicada en el barrio La Macarena. Exigimos a las entidades de control y a la Policía una investigación célere para sancionar a los uniformados responsables de la detención ilegal, la violencia sexual y la eliminación del material periodístico.
El domingo 13 de septiembre una periodista estuvo tomando fotografías sobre las repercusiones de la pandemia en el barrio La Macarena. Durante el recorrido, la reportera tomó fotos a unos escudos de dotación de la Policía que estaban en la vía pública recargados contra una pared. En ese momento, fue abordada por tres policías de manera desafiante, mientras le reclamaban por haber hecho ese registro fotográfico, la acusaban de haber cometido un supuesto delito. A pesar de que aseguró que estaba haciendo un ejercicio académico de fotoperiodismo, los uniformados la hicieron ingresar de manera arbitraria a la estación.
En la unidad policial, la sometieron a un procedimiento de requisa invasiva sin justificación real, constitutivo de violencia sexual, por lo que una mujer policía llevó a la reportera al baño y de forma intimidante y despectiva, le pidió que se desnudara completamente y se pusiera en cuclillas. Tampoco se tomaron medidas de bioseguridad. Frente al trato humillante, las razones de su detención y del procedimiento, los uniformados manifestaron que debían descartar que fuera guerrillera o terrorista porque el registro fotográfico de sus implementos de dotación era un delito.
La misma agente que le pidió entrar al baño le quitó el celular y eliminó las fotografías tomadas en el cubrimiento periodístico por el barrio. Más adelante, los uniformados le solicitaron su firma en una hoja en blanco, pero ella se negó. La reportera manifiesta que en ese momento le quitaron de nuevo la cédula para anotar sus datos y la amenazaron con trasladarla a la Sijín para judicializarla. Adicionalmente, los uniformados se refirieron al gremio periodístico de manera ofensiva y señalaron a la prensa de ser la responsable de las agresiones contra la institución. Mejorar la imagen institucional mediante represalias, estigmatizaciones, violencia hacia la mujer y ataques contra la prensa no es legítimo, por el contrario, ahonda la deslegitimación institucional.
Expresamos nuestro repudio a los hechos cometidos en contra de la reportera y consideramos injustificables e inexcusables los hechos de violencia sexual, tratos crueles, degradantes e inhumanos y los abusos de los uniformados que realizaron este procedimiento, que violaron directamente los derechos fundamentales de la reportera a la dignidad humana, a una vida libre de violencias, a no ser sometida a tortura ni a penas, o tratos crueles inhumanos o degradantes y a la libertad de prensa.
La investigación y sanción de los responsables son indispensables y deben ser respaldadas por medidas de prevención, medidas necesarias para garantizar la no repetición de este tipo de situaciones que afectan la dignidad de las mujeres periodistas y el derecho a ejercer su labor libremente. La violencia de género no es, en ningún escenario, una forma legítima para limitar la libertad de prensa sobre la protesta social.
Exigimos que:
- la Policía Nacional rechace públicamente este tipo de conductas y se comprometa a impartir directrices claras sobre la prohibición absoluta de las acciones de tortura y de violencia sexual en el interior de la institución.
- la Fiscalía General de la Nación identifique, juzgue y sancione a las personas responsables y que para ello incluya una perspectiva de género. Que esto se lleve a cabo por funcionarios capacitados en casos similares y en atención a víctimas de discriminación y violencia por razón de género.
- la Policía Nacional inicie las investigaciones disciplinarias sobre estos hechos para sancionar a los agentes de la estación de Policía de La Macarena, que afectaron los derechos a la integridad, la dignidad humana y la libertad de prensa de la periodista.
- la Procuraduría General de la Nación ejerza el control preferente disciplinario por la gravedad de los hechos y la Defensoría del Pueblo un haga acompañamiento de las investigaciones disciplinarias.
- la Procuraduría General de la Nación coordine y evalúe el conocimiento y la implementación de la Policía Nacional sobre el enfoque de derechos humanos que debe guiar su labor, y con base en ello haga una formación para sus miembros para prevenir distintas formas de violencia en las protestas sociales.
Temblores ONG, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) y Sisma Mujer haremos seguimiento del caso, así como de la respuesta estatal frente a esta denuncia. La investigación y sanción de estos actos son indispensables para reafirmar entre los agentes oficiales que tienen la obligación de garantizar derechos fundamentales en todas sus formas de acción.
Frases que censuran, parafraseos que liberan
Pronunciamiento - miércoles, 11 marzo 2020
A propósito del día internacional de la mujer, hablamos con Ana María Mesa Villegas, periodista de Radio Nacional de Colombia en Caldas y docente de la Universidad de Manizales. La conversación giró alrededor de las violencias simbólicas y físicas que sufren las mujeres, en particular, las mujeres periodistas.
Desde el martes 3 de marzo, en Twitter Colombia, se ha desarrollado un dinámica muy activa en la que cientos de mujeres (y algunos hombres) han parafraseado comentarios sexistas que tradicionalmente son dirigidos a las mujeres. Pero esta vez, el blanco de dichos comentarios han sido los hombres.
El primer tuit que escribió Ana María, y que fue el punto de partida de la tendencia, decía: "Por promiscuos. Por no usar condón. Por no hacerse la vasectomía. Por tirar con cualquiera. Por no impedir su erección. Por tener necesidades incontrolables. Por ser incapaces de pensar. Por no saber controlarse. Por acosadores. Por violadores. Ojalá lo tipos se embarazaran". Después de esto se desató en cadena una serie de trinos que, según El Tiempo, han sido más de 43.000. Incluso, surgió un hashtag: #ComoHombres y llegó a países como México y Chile.
Este primer trino surgió debido a un asunto fundamental que estaba captando la atención de muchas audiencias: la interrupción voluntaria del embarazo. El lunes 2 de marzo, en la Corte Constitucional de Colombia se discutía el aborto legal y las posibilidades de despenalizarlo por completo o dejarlo como está (legal bajo tres causales). La decisión de la sala fue dejarlo tal y como estaba sin emitir ningún pronunciamiento de fondo. Como parte de la discusión pública, en palabras de Ana María, "un señor puso un tuit que decía que las mujeres utilizábamos el aborto como método anticonceptivo. Y yo dije 'qué tal que fueran los hombres los que se embarazaran y cuáles serían los juicios de valor que ellos recibirían si esto les pasara a ellos'".
"La generalización no puede ser 'todos los hombres son unos acosadores', pero la generalización sí es 'todas las mujeres hemos sido acosadas o maltratadas verbalmente, o violentadas físicamente, económicamente'".
Cuando le preguntamos a Ana María si conocía de alguna campaña similar al #ComoHombres, ella se refirió al MeToo y a Cuéntalo tú. Además recordó una película francesa que se llama No soy un hombre fácil: "es un señor que de pronto se levanta en un mundo donde las mujeres cumplen los roles convencionales que cumplen los hombres. Y cómo le toca a un señor, en ese mundo, soportar las patanerías y las idioteces de las mujeres, que hacen el papel de los hombres".
Le preguntamos a Ana María sobre estas situaciones sexistas en el entorno del trabajo. Ella lleva más de 15 años en la radio. "En este medio es muy común que lo primero que hacen los hombres para describir a una invitada mujer es hablar sobre su belleza". Estas son situaciones que no ocurren cuando los invitados son hombres. Además, recordó un momento de hace un par de años, y al darle la vuelta al comentario, con la lógica #ComoHombres sería: "voy a poner a Julián a cubrir la fuente de presidencia porque a Juana Manuela Santas le encantan los tipos de piernas largas".
Esto nos llevó a hablar de las violencias dirigidas exclusivamente a las mujeres periodistas. La FLIP ha alertado que las mujeres periodistas son más vulnerables a ser víctimas de agresiones por razón de su género, por parte de compañeros de trabajo, editores, jefes o fuentes.
"Cada vez que salimos a la calle a hacer reportería estamos corriendo el riesgo y nos exponemos un poco a situaciones incómodas con las fuentes. No solamente que empiecen a coquetearnos sino también que comiencen a acosarnos y a agredirnos directamente".
Ana María habló de un caso en el que una colega había sido amenazada y al momento de poner en conocimiento de las autoridades la situación, la respuesta de la Policía fue desacreditar su denuncia y señalar que la situación se debía a que ella seguro se había involucrado con un hombre casado. "A eso no se expone un hombre periodista", aclaró Ana María.
El equipo de trabajo de Ana María en Radio Nacional está compuesto mayoritariamente por mujeres. Por esta razón, ella conoce de primera mano muchas otras situaciones sexistas y de acoso que han tenido que vivir sus colegas. Lamentablemente no es difícil encontrar ejemplos de casos de acoso, de violencia y de estigmatización hacia las mujeres periodistas.
"Esto que me dicen a mí no se lo decían a mi hermano, no se lo decían a mi tío, no se lo decían a mi papá. Esto me lo decían a mí. No se lo decían a mis colegas hombres. Esto es algo que nos dicen a las mujeres. Y cuando se volteta, voltearlo es muy sencillo, se hace muy transparente y muy evidente lo estúpido que es, lo ridículo que es todos esos mensajes".
Este tipo de acoso y violencia es muchas veces simbólico. Aun así, Ana María no dudó en afirmar que es necesario un ejercicio de reconocimiento por parte de los hombres. "Yo pienso que tiene que empezar a haber consecuencias. Todas estas cosas siguen quedando en la impunidad. Y consecuencia no necesariamente tiene que ser que te vayas para la cárcel".
A propósito del acoso, por años normalizado, que experimentan las mujeres periodistas en las salas de redacción, la FLIP y Las Igualadas presentaron el siguiente video en el marco del Día del Periodista: