Nos Faltan 3: siete años de impunidad podrían convertir a Esmeraldas en la primera provincia silenciada del país
Este comunicado fue redactado por la Fundación Periodistas Sin Cadenas, organización ecuatoriana, sin ánimo de lucro, que nació en 2018, cuando el Frente Oliver Sinisterra les entregó las pruebas de la ejecución del equipo periodístico de El Comercio.
Este 26 de marzo de 2025 se cumplen siete años del secuestro de Javier Ortega, Paúl Rivas, Efraín Segarra, periodistas de El Comercio, en la frontera entre Ecuador y Colombia, un hecho que derivó en su asesinato, que fue confirmado públicamente por el entonces presidente Lenín Moreno, el 13 de abril de 2018. Desde entonces, la impunidad ha sido la única respuesta del Estado al caso Nos Faltan 3, como se lo conoce, uno de los peores atentados contra la prensa ecuatoriana en su historia reciente.
Esa inmunidad tácita con la que el Estado ecuatoriano encubre a los autores del secuestro de los periodistas, que ocurrió en territorio ecuatoriano y específicamente en Esmeraldas, ha dejado el camino libre para que actores del crimen organizado sigan atentando contra medios y periodistas en esa provincia. Una muestra de ello es lo sucedido el pasado 4 de marzo de 2025, cuando a solo 22 días de conmemorar el trágico aniversario de Nos Faltan 3, otro crimen enlutó a la prensa nacional: el de Patricio Aguilar, un periodista esmeraldeño que fue acribillado en el cantón Quinindé. A esto se suma el exilio de otro periodista de Esmeraldas a inicios del 2025, tras sufrir amenazas de muerte.
La Fundación Periodistas Sin Cadenas (FPSC) condena, una vez más, la negligencia del Estado en cuanto a su obligación de investigar hasta llegar a la verdad en el caso Nos Faltan 3 y exige que esta situación no se repita con el crimen del periodista Patricio Aguilar. El mensaje de las autoridades solo perpetúa los delitos contra la prensa y una de las mayores preocupaciones de FPSC tiene que ver con la presión que enfrenta el periodismo en Esmeraldas.
Según las investigaciones de la Fundación, esta provincia se ha convertido en uno de los territorios de mayor riesgo para ejercer este oficio en Ecuador. Desde el secuestro y asesinato del equipo de El Comercio, el periodismo se ha debilitado progresivamente y, en consecuencia, Esmeraldas corre el riesgo inminente de convertirse en una zona silenciada.
Esta fue una de las conclusiones del informe 'Periodismo en la frontera norte: entre la violencia y el silencio informativo', publicado en enero pasado. Sus revelaciones más alarmantes fueron:
- Cada vez hay menos colegas que ejercen el periodismo y que trabajan en medios de comunicación esmeraldeños que los respalden en las coberturas sobre temas de seguridad. Por ejemplo, una periodista abandonó la cobertura de seguridad después de cubrir en un solo día 19 muertes violentas.
- La inseguridad, la violencia y la presencia del crimen organizado, así como de grupos disidentes de la frontera con Colombia, son las principales amenazas identificadas por el gremio.
- Esto ha coartado el trabajo periodístico y ha atemorizado a los colegas, que han optado por realizar solo un registro de los hechos y no profundizar en ningún tema por temor a ser amenazados. Esta es una de las razones de la escasez o inexistencia de periodismo de investigación en la zona.
- Los periodistas de esta provincia han recurrido a la autocensura como una medida de autoprotección. Los trabajadores de la prensa consultados afirmaron que evitan cubrir temas relacionados con el narcotráfico, el sicariato, el contrabando, delitos ambientales y la minería ilegal.
- En su lugar, han optado por realizar coberturas grupales, disminuir su exposición en redes sociales y hasta rechazar cargos como comunicadores públicos por temor a ser asesinados por estar en el entorno de una autoridad amenazada.
Testimonios de periodistas, como uno recientemente publicado en la página web de la FPSC, dan cuenta de las dificultades y desafíos que implica la cobertura periodística en esta provincia: “...el periodismo en Esmeraldas no solo es un trabajo, sino una lucha constante contra fuerzas que buscan silenciar la verdad y que, arriesgarse a hacerlo, significaba atreverse a enfrentar intereses muy poderosos”, dice este periodista que afirma que ejercer la profesión en esta zona fronteriza es un acto de resistencia.
Periodistas Sin Cadenas exhorta al Estado ecuatoriano a romper la cadena de impunidad que ha garantizado durante los últimos siete años. En memoria de los periodistas asesinados, exige que se garanticen las condiciones en las que se ejerce actualmente el periodismo en Ecuador, especialmente en la provincia de Esmeraldas, en donde la situación es más desafiante.
En 2023, esta provincia fue una de las más violentas de Ecuador con una tasa extraordinaria de homicidios de 82,87 por cada 100.000 habitantes, según el Observatorio del Crimen Organizado de Ecuador (OECO). En 2024, se mantuvo entre las 10 provincias más violentas del país. Y no solo esto, Esmeraldas registra al momento la tasa más alta de desempleo en Ecuador, con un 8,6%. Aquí, siete de cada diez personas no tienen sistema de alcantarillado y cuatro de cada 10 no tienen acceso a agua mediante servicio público, de acuerdo con la información del Censo Nacional 2022.
Además, esta provincia acaba de sufrir uno de los peores derrames de petróleo registrados en la historia del país, que contaminó el río Esmeraldas, el Viche y otros afluentes, así como manglares, tierras de cultivo y cría de ganado, playas y aguas marinas de donde provenían las fuentes de recursos y de alimentación de su población. Este grave desastre ambiental es también un desastre económico, pues ha profundizado las ya deplorables condiciones alimentarias y de salubridad de los habitantes de Esmeraldas y las instituciones del Estado no han implementado un plan integral de remediación y reparación de los derechos fundamentales de cerca de 500.000 personas.
No podemos normalizar el miedo ni aceptar el silencio como única medida de protección. La Fundación Periodistas Sin Cadenas exige justicia y garantías reales para el ejercicio periodístico en Esmeraldas y en el resto del territorio nacional y demanda que el Estado actúe de manera inmediata para frenar el avance del crimen organizado derivado de su propia negligencia.
No podemos permitir que nos falten más voces.
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