Periodista asociado a Consejo de Redacción fue víctima de robo y amenazas en Cali
La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) rechaza las intimidaciones y el robo del material periodístico del que fue víctima Pablo Navarrete en Cali. Debido a la situación de riesgo que enfrenta, el periodista tuvo que abandonar la ciudad para salvaguardar su vida y su integridad.
El pasado 18 de noviembre el reportero asociado a Consejo de Redacción fue víctima de una situación de riesgo cuando se encontraba en su apartamento en Cali. Un desconocido se hizo pasar como una fuente para llegar hasta su casa y tener acceso al material periodístico. Según el reportero, el agresor llegó a su vivienda, lo amenazó con un cuchillo y lo obligó a ingresar al apartamento para revisar el material periodístico.
Una vez dentro de la casa de Navarrete, el desconocido le pidió que borrara archivos de su computador y, posteriormente, hurtó el equipo. Adicionalmente, el agresor le robó el dinero en efectivo que tenía el periodista y lo obligó a transferirle la totalidad del dinero que tenía en su cuenta de ahorros. Durante el tiempo que duró el ataque, el desconocido se refería al periodista como “guerrillerito” y antes de huir le dijo “espero haya entendido el mensaje”. Navarrete considera que esta situación de riesgo se presentó debido a las investigaciones que está adelantando el reportero para Consejo de Redacción sobre un tema sensible de violencia y de orden público.
La FLIP expresa su preocupación por la situación de riesgo del periodista y le solicita a la Unidad Nacional de Protección que atienda de forma inmediata la solicitud, hecha hace seis días por la FLIP, de implementar por trámite de emergencia las medidas de protección necesarias para que Navarrete pueda continuar desarrollando su labor informativa con plenas garantías. Adicionalmente, la Fundación le solicita a la Fiscalía General de la Nación que investigue la intimidación y el robo de los que fue víctima el reportero con el fin de identificar y sancionar a los responsables.
Las sanciones judiciales en este tipo de situaciones son un precedente importante que contribuye a disuadir la ocurrencia de nuevas violencias contra la prensa. Así lo ha dispuesto la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su informe sobre Violencia contra periodistas y trabajadores de medios: “Para prevenir la violencia contra periodistas y trabajadores de los medios de comunicación es indispensable que el ordenamiento jurídico sancione estas conductas de manera proporcional al daño cometido”.
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Sunday, 14 January 2018
Roban equipos y material de reportería de periodista de El Espectador y Colombia 2020
La Fundación para la Libertad de Prensa -FLIP- condena el hurto del que fue víctima Édinson Bolaños, periodista de El Espectador y Colombia 2020, en la ciudad de Ibagué.
Hoy, 13 de enero, Bolaños se encontraba en un restaurante en el sector Alto de Gualanday, Ibagué, en compañía del esquema de seguridad proporcionado por la Unidad Nacional de Protección. Mientras ellos estaban en el establecimiento, desconocidos rompieron el vidrio de la camioneta en la que se movilizaban y se llevaron un bolso en el que estaba un computador portátil, dos discos duros, libretas de apuntes, una grabadora y el carné del diario. A pesar de que en el vehículo había otras maletas, los delincuentes -según los testigos eran dos hombres- se llevaron únicamente los elementos periodísticos.
Según informó el periodista, días atrás estaba realizando labores de reportería como parte de una investigación del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) “Aldemar Gaitán”. Él, junto a su esquema, se movilizaban del Cauca hacia Bogotá y decidieron detenerse en Ibagué para almorzar. Bolaños no realizó actividades periodísticas en el departamento del Tolima.
La FLIP expresa su preocupación por la gravedad de este ataque. Esta situación pone en riesgo al periodista ya que puede implicar seguimientos de personas interesadas en afectar su seguridad y robar su información. Sumado a lo anterior, estos hechos son de extrema gravedad ya que se pone en riesgo el secreto profesional y la seguridad de las fuentes y del reportero. Según el relato de Bolaños, en los equipos y libretas robadas había información sensible como datos personales de sus fuentes, datos y croquis de las ETCR y de otra investigación acerca de minería en el Cauca.
Este no es el primer ataque en contra de Bolaños por su trabajo periodístico. En noviembre de 2015 fue víctima de amenazas de muerte por una investigación acerca de cómo la minería artesanal en el municipio de Buenos Aires había sido cooptada por una empresa foránea. En ese momento la situación de seguridad de Bolaños empeoró y se vio obligado a dejar el departamento de Cauca. Además, en 2016 la familia del periodista fue víctima de intimidaciones en su lugar de residencia.
La FLIP hace un llamado urgente a la Fiscalía General de la Nación y a la Policía Nacional a que investiguen con celeridad estos hechos y sancionen a los responsables. Teniendo en cuenta la gravedad de la situación, la Fundación solicita a la UNP que fortalezca las medidas de seguridad necesarias de manera inmediata para salvaguardar al periodista.
De acuerdo a lo anterior, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su Declaración de principios sobre libertad de expresión dispuso: “(…) la destrucción material [o robo] de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión. Es deber de los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación adecuada.”
Monday, 18 February 2019
ELN retiene a periodistas en el Catatumbo y hurta material periodístico
La Fundación para la Libertad de Prensa -FLIP- rechaza la retención de la que fueron víctimas los periodistas Diego Veloza (Caracol Televisión), Luis Enrique Cárdenas (Noticias Uno), el camarógrafo Neiser Velázquez y el defensor de derechos humanos Jorge Solano, el pasado 16 de febrero por parte de miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Los periodistas estaban realizando trabajo de reportería en el corregimiento de San Pablo, en la región de Catatumbo, Norte de Santander.
Los periodistas se trasladaron en la mañana del sábado al corregimiento de San Pablo para cubrir los daños ocasionados al río Catatumbo por el derrame de crudo que produjo el atentado del pasado martes contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas. A la salida del corregimiento, un grupo de cuatro hombres armados que se identificaron como miembros del ELN retuvo el vehículo en el que se trasladaban los hombres, los hicieron bajar y les quitaron los equipos periodísticos, los teléfonos celulares, los chalecos de prensa y la camioneta en la que se transportaban.
Los periodistas manifestaron que la retención duró, aproximadamente, veinte minutos y que los dejaron ir una vez escucharon sobrevolar un helicóptero del ejército muy cerca de donde ellos estaban. Finalmente, los periodistas fueron auxiliados por habitantes de la zona y llevados a la base militar de La Esmeralda, en el municipio de Convención.
Tanto la retención de los periodistas como el hurto de sus sus equipos son delitos castigados por la ley penal colombiana, además de una grave violación a la libertad de prensa. Con sus acciones el ELN no sólo impidió que los reporteros informaran sobre un asunto de interés público sino que envía también un mensaje a otros periodistas para que no trabajen informando sobre los asuntos relevantes en la zona.
De acuerdo con la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), “el asesinato, secuestro, intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión”.
El Catatumbo es una de las zonas más difíciles para el cubrimiento periodístico y el Estado colombiano tiene el deber de investigar este tipo de agresiones, de proteger a los periodistas y de prevenir las violaciones a la libertad de prensa. La FLIP hace un llamado a los actores armados para que cesen las intimidaciones, retenciones y demás agresiones. También hace un llamado a la Fiscalía para que investigue estos hechos.
Wednesday, 27 November 2019
Periodista asociado a Consejo de Redacción fue víctima de robo y amenazas en Cali
La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) rechaza las intimidaciones y el robo del material periodístico del que fue víctima Pablo Navarrete en Cali. Debido a la situación de riesgo que enfrenta, el periodista tuvo que abandonar la ciudad para salvaguardar su vida y su integridad.
El pasado 18 de noviembre el reportero asociado a Consejo de Redacción fue víctima de una situación de riesgo cuando se encontraba en su apartamento en Cali. Un desconocido se hizo pasar como una fuente para llegar hasta su casa y tener acceso al material periodístico. Según el reportero, el agresor llegó a su vivienda, lo amenazó con un cuchillo y lo obligó a ingresar al apartamento para revisar el material periodístico.
Una vez dentro de la casa de Navarrete, el desconocido le pidió que borrara archivos de su computador y, posteriormente, hurtó el equipo. Adicionalmente, el agresor le robó el dinero en efectivo que tenía el periodista y lo obligó a transferirle la totalidad del dinero que tenía en su cuenta de ahorros. Durante el tiempo que duró el ataque, el desconocido se refería al periodista como “guerrillerito” y antes de huir le dijo “espero haya entendido el mensaje”. Navarrete considera que esta situación de riesgo se presentó debido a las investigaciones que está adelantando el reportero para Consejo de Redacción sobre un tema sensible de violencia y de orden público.
La FLIP expresa su preocupación por la situación de riesgo del periodista y le solicita a la Unidad Nacional de Protección que atienda de forma inmediata la solicitud, hecha hace seis días por la FLIP, de implementar por trámite de emergencia las medidas de protección necesarias para que Navarrete pueda continuar desarrollando su labor informativa con plenas garantías. Adicionalmente, la Fundación le solicita a la Fiscalía General de la Nación que investigue la intimidación y el robo de los que fue víctima el reportero con el fin de identificar y sancionar a los responsables.
Las sanciones judiciales en este tipo de situaciones son un precedente importante que contribuye a disuadir la ocurrencia de nuevas violencias contra la prensa. Así lo ha dispuesto la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su informe sobre Violencia contra periodistas y trabajadores de medios: “Para prevenir la violencia contra periodistas y trabajadores de los medios de comunicación es indispensable que el ordenamiento jurídico sancione estas conductas de manera proporcional al daño cometido”.