Acto de perdón revictimiza a las familias del equipo periodístico de El Comercio
El pasado 20 de mayo tuvo lugar el acto de perdón de Gustavo Angulo Arboleda, alias “Cherry”, antiguo miembro del Frente Oliver Sinisterra de las disidencias de las FARC, responsable del asesinato de los periodistas ecuatorianos del diario El Comercio en el 2018. Para la FLIP y Nos faltan 3, el evento no cumplió los fines de verdad y reparación buscados.
El acto de perdón presentó múltiples problemas técnicos, además el relato de alias “Cherry” mostró contradicciones y no evidenció un interés de revelar la verdad del crimen. Además, el acusado se negó a responder las preguntas de las víctimas. Este acto de perdón se convirtió en un nuevo hecho revictimizante.
En primer lugar, la comunicación tuvo varias falencias, particularmente en la calidad del audio y del video dispuesto para alias “Cherry” en el sitio de reclusión. La voz de este se perdía en la amplitud de la sala y su cámara no estaba bien ubicada, impidiendo así que se pudiera observar todo su rostro. Esto fue un obstáculo para que las víctimas y su representación tuviesen un diálogo fluido con el procesado y entendieran a cabalidad las declaraciones. Por estas mismas fallas técnicas, tampoco se cumplieron los mínimos de solemnidad y respeto con las víctimas en el desarrollo del acto. Estos puntos, que no fueron gestionados de manera óptima, eran responsabilidad de la Fiscalía General de Nación de Colombia.
En segundo lugar, alias “Cherry” incurrió en notables contradicciones en su versión de verdad. Entre ellas, negó haber dirigido los anillos de seguridad que custodiaban el lugar de cautiverio de los periodistas. También afirmó que desconocía las circunstancias y motivaciones de los homicidios; pese a que en anteriores declaraciones frente a la Fiscalía reconoció ser el encargado de seguridad del secuestro y detalló los hechos de la noche de los asesinatos.
Además, el acusado se resistió a contestar de manera concreta las preguntas de las familias, sus respuestas se caracterizaron por ser genéricas y no brindar mayores detalles para la construcción de los hechos, además insistía en reducir su participación en el secuestro de los periodistas a un simple traslado de 20 minutos.
También debe mencionarse que la actitud asumida por “Cherry” estuvo por fuera de la solemnidad y respeto por las víctimas que requiere este tipo de actos de perdón. En tres oportunidades interrumpió el desarrollo del perdón para mantener distintos diálogos con personas que se encontraban en el sitio de reclusión, así mismo, su postura corporal no era la adecuada, se recostaba en la silla y ponía sus manos detrás de su cuello. La actitud de “Cherry” no evidenciaba un arrepentimiento real, contrario a esto, expresaba su renuencia a esclarecer plenamente la verdad de los hechos delictivos.
Los anteriores factores convirtieron el acto de perdón en un nuevo escenario de revictimización. El acusado dejó la percepción de haber asumido el acto como una mera formalidad impuesta por la judicatura para obtener beneficios punitivos, sin considerar la importancia que tenía su actuación en la reparación y restablecimiento de derechos de las víctimas. También fue evidente el desinterés del Estado en garantizar los mínimos logísticos y de solemnidad para dignificar el acto de perdón.
Por consiguiente, la representación de víctimas entregará un informe al Juzgado que aprobó el preacuerdo entre la Fiscalía y el acusado informando que no se cumplieron a satisfacción los fines de verdad y de reparación simbólica con los que fue pensando el acto de perdón de alias “Cherry”. En ese sentido, también solicitará la nulidad del preacuerdo para que no tengan efecto en los beneficios punitivos acordados.
Dado lo anterior, las familias del equipo periodístico y la FLIP instamos al Estado colombiano a que cumpla su compromiso en la lucha contra la impunidad. En este caso es clave una reparación a las víctimas y una implementación de las recomendaciones realizadas por el Equipo de Seguimiento Especial de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a través de la garantía de espacios de perdón que esclarezcan la verdad plena y eviten nuevos gestos de revictimización con las familias de los periodistas ecuatorianos como los aquí descritos.
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