Durante octubre del 2021, desde la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) daremos comienzo a capacitaciones virtuales para periodistas sobre el cubrimiento de temas electorales. Este proyecto es posible gracias al apoyo de Sura.
Frente al panorama electoral que atravesará Colombia en el 2022, asuntos como la polarización política, la desinformación, la hipervirtualización de contenidos y otros, se convierten en verdaderos retos para el libre ejercicio periodístico en el país. Por eso, desde este sábado 9 de octubre hasta el 6 de noviembre, la Escuela FLIP liderará la formación y capacitación de más de 25 periodistas de diferentes medios de comunicación a nivel nacional.
La presión y la dificultad para acceder a información pública constituyen grandes riesgos para el libre ejercicio del periodismo, pues las y los ciudadanos necesitan información para tener mayor claridad a la hora de ejercer su derecho al voto. Y por lo tanto, quienes tienen intereses electorales, potencialmente buscarán influir en la forma en que esta se presenta. Es por esto que, como organización, consideramos que es fundamental que los y las periodistas reconozcan su rol frente al derecho de informar y estar informados, especialmente en un momento tan relevante para la democracia como son las elecciones.
El curso, que busca brindar herramientas de autoprotección física y digital, así como una lectura ampliada de retos, riesgos y estrategias del periodismo en la coyuntura electoral, contará con sesiones sincrónicas de dos horas, dirigidas por tutores especializados en el cubrimiento de elecciones y con experticia en el manejo de fuentes políticas como Daniel Coronell, María Teresa Ronderos y Alfredo Molano Jimeno. Asimismo contaremos con la participación de organizaciones como Linterna Verde, y el área del Centro de Estudios de la FLIP. A través de una pedagogía centrada en el diálogo y la discusión entre periodistas y conferencistas, se espera reflexionar sobre el rol de los medios de comunicación, las y los periodistas, y sus derechos en el cubrimiento electoral, teniendo como horizonte la importancia que tales narrativas tienen sobre la ciudadanía.
El proyecto ya cuenta con la participación de periodistas, directores y editores de medios de comunicación en los departamentos de Antioquia, Valle del Cauca, Arauca, Cauca, Meta, Bolívar, Atlántico, Norte de Santander, Cundinamarca y la zona del Magdalena Medio. Debido a que estos territorios, identificados por la FLIP, han presentado un número considerable de agresiones al ejercicio periodístico en anteriores jornadas electorales y presentan una alta polarización política.
Tanto tutores como estudiantes fueron seleccionados por su conocimiento y capacidad de tejer una lectura global de las problemáticas asociadas al cubrimiento de las campañas políticas y elecciones. Por eso, a partir del conocimiento teórico y práctico, se estudiarán casos que permitan a los y las periodistas identificar estrategias que puedan aplicar para fortalecer la calidad de su cubrimiento informativo.
Las tensiones que el panorama electoral supone para el cubrimiento periodístico son un tema de alta importancia para los y las periodistas en el país por lo que los resultados de estas discusiones serán documentados.
Desde la FLIP les damos la bienvenida y esperamos que todos nuestros y nuestras participantes puedan aprovechar este espacio de formación.
Hace 23 años fue asesinado Alejandro Jaramillo, subdirector del Diario del Sur en Pasto, Nariño.
Llevaba apenas dos meses en su cargo cuando desapareció el 24 de octubre de 1997. Días después fue encontrado muerto.
Alejandro ya le había ganado a la muerte otras dos veces. La primera, cuando fue objetivo de un atentado en Cali, Valle del Cauca. Allí trabajó para los periódicos Del Occidente, El País y El Caleño. La situación lo llevó a instalarse en Bogotá, donde sufriría un segundo atentado.
Sin embargo, el temor que vivió por esos años no le impidió seguir realizando su trabajo como periodista judicial.
Su caso prescribió y quedó en completa impunidad. Hay quienes creen que el narcotráfico estuvo detrás de su asesinato, pues Alejandro cubría temas que tenían que ver con la guerrilla y los carteles de droga.
El periodista Edison Molina trabajaba en la emisora Puerto Berrío Estéreo, donde asesoraba a la comunidad de Puerto Berrío, Antioquia en temas legales, pues también ejercía el derecho. Edison hacía fuertes denuncias contra la corrupción y lideraba la oposición al alcalde de hace siete años, Robinson Baena.
El 11 de septiembre del 2013, Edison fue asesinado en el mismo municipio. Hoy, queremos explicarles lo que ha pasado con su caso, pero sobre todo, recordarlo y honrar su trabajo.
Edison Molina dirigía el programa “Consultorio jurídico” de la emisora comunitaria de Puerto Berrío. Sus conocimientos en leyes fueron su principal herramienta para asesorar a la ciudadanía en asuntos jurídicos. Luz Marina de la Pava, su esposa, recuerda que Edison era una persona muy servicial: “le gustaba mucho enseñarle a la gente. No era egoísta con su conocimiento. Era muy luchador por los derechos fundamentales de las personas. A él le dolía mucho que la gente a veces no pudiera acceder a esas cosas tan básicas”.
Edison incentivó la defensa de los derechos de los ciudadanos. Con su trabajo ayudó a que las personas conocieran y accedieran a algunos instrumentos como la tutela. Luz Marina agrega que Edison también fomentaba el deporte entre los jóvenes del municipio.
Para Luz Marina es imposible separar al periodista del abogado y del esposo. Para ella él era tan buen comunicador como cocinero: “a Edison le encantaba cocinar”, dice, “ cocinaba delicioso y le gustaban mucho los asados”. La conexión que tenían los dos esposos era especial: “parecía que adivinaba lo que uno pensaba, lo que uno quería. Me hacía reír mucho por eso porque decía ‘¿es que usted cree que yo no sé lo que usted piensa? Yo sé lo que usted piensa’”, comenta Luz Marina con la voz entrecortada.
Edison trabajó por su comunidad. Su esposa y su amigo Leonardo Ortega lo recuerdan como una persona que siempre estuvo dispuesta a ser la voz que se levanta contra las injusticias.
Después de siete años, el homicidio contra Molina sigue en total impunidad. Su esposa ha participado activamente en la búsqueda de justicia, pero el dolor y la impotencia siguen siendo las palabras que mejor describen lo que siente. Sin embargo, afirma que no pierde la esperanza y que, aunque tienen incertidumbre, conserva la fe puesta en Dios.
“Es que yo ya llevo siete años tirando de este carro y la verdad es que uno se siente a veces como cansado y agotado”, esto les dice Luz Marina a sus amigos con frecuencia y nos lo repite a nosotros. A pesar de los años de impunidad, ella no desfallece en la búsqueda de justicia.
Desde la FLIP, como representantes de las víctimas, hemos identificado algunos errores en la investigación, que han contribuido a que las investigaciones no progresen. Al comienzo, no se garantizó la independencia del fiscal a cargo, además, la investigación no se orientó a establecer que el homicidio tenía relación con la labor periodística. Por petición de la familia y de la FLIP, se trasladó la investigación a la Unidad Nacional de Fiscalías de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario y se reconoció la labor periodística que desempeñaba Edison.
Además, no hubo una recolección oportuna de las pruebas. Por ejemplo, hasta el año pasado se solicitó la sábana de llamadas de un número telefónico. La empresa operadora no pudo entregar este material ya que están obligados a guardar esta información por sólo cinco años. También, se han evidenciado prolongados periodos de inactividad en el proceso. Por ejemplo, de agosto a diciembre de 2019, la Fiscalía no adelantó actividades de investigación.
En julio de 2018, el Juzgado Diecisiete Administrativo Oral del Circuito de Medellín declaró responsable a la Nación por el asesinato de Edison. Se logró demostrar que el Estado falló en su obligación de proteger la vida e integridad de Edison Molina. En la decisión se reconoció que él ejercía como periodista y que, como consecuencia de su labor y de su rol como líder de oposición, fue objeto de amenazas que no fueron atendidas oportunamente por el Estado. En ese sentido, las amenazas y el homicidio de Edison constituyen una grave violación a los derechos humanos.
El juez declaró responsable a la Policía Nacional por no atender la solicitud de protección y a la Fiscalía General de la Nación porque a pesar de que pidió medidas preventivas a la Policía, desconoció el deber constitucional y legal de brindar protección a la víctima, teniendo en cuentas las amenazas que había recibido.
Aunque el caso de Edison en este momento se encuentra en completa impunidad, desde la FLIP queremos recordar la invaluable labor que ejerció como periodista. Hacemos un llamado para que su caso no quede en el olvido. Es deber de la Fiscalía investigar con celeridad para dar con los responsables y que sean llevados ante la justicia.
#EnLaFLIPNoOlvidamos #NoMásImpunidad
La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) expresa su preocupación por las constantes amenazas que vienen recibiendo los periodistas Germán Arenas, Dubán García y Jairo Figueroa, quienes desempeñan su labor en Mocoa, Putumayo. La FLIP les solicita a las autoridades estatales que investiguen y protejan a los reporteros.
El pasado jueves dos de agosto desde el perfil de Facebook de una persona que se identifica como Carlos Ramírez publicaron la siguiente amenaza en la cuenta de Dubán García:“ESTAMOS EN MOCOA, PARA MATARLO HIJO DE PERRA A USTED JAIRO FIGUEROA DUVAN GARCIA Y GERMAN ARANAS, LES VAMOS A PEGAR LA MATADA MAS IMPORTANTE DE ESTE AÑO POR SAPOS Y LAMBONES CON LA POLICIA Y EJERCITO”. Adicionalmente, los agresores se identifican como miembros de las Águilas Negras y les advierten a los periodistas que tienen hasta la siguiente semana para salir de Mocoa.
Posteriormente, en la tarde de ese jueves, Germán Arenas recibió una llamada en la que un desconocido le dijo: “perro hijueputa te vas a morir” e inmediatamente el agresor finalizó la comunicación. Luego, el viernes tres de agosto, el periodista Dubán García también recibió una llamada a su casa en la que en tono burlesco lo amenazaron a él y a miembros de su familia. Ese mismo día el reportero notó la presencia de extraños rondando su casa. Finalmente, en la madrugada de este lunes 6 de agosto, el periodista Jairo Figueroa recibió a través de un mensaje privado a través de Facebook la misma amenaza que recibió García el dos de agosto.
Los reporteros consideran que las amenazas son producto de la información que han difundido a través de sus medios de comunicación sobre los operativos que adelantan el Ejército y la Policía en la región para capturar a miembros de disidencias de las Farc, narcotraficantes y miembros de bandas delincuenciales. Los tres periodistas cubren las fuentes de Fuerza Pública para sus informativos. Dubán García trabaja en la emisora La Primera en el informativo “Noticias Al Día”, Germán Arenas es corresponsal de Colprensa y Jairo Figueroa de Caracol Televisión y Blu Radio.
La FLIP hace un llamado a la Fiscalía General de la Nación para que investigue con celeridad las amenazas contra los periodistas de Mocoa y, de esa manera, dar con el paradero de los responsables. Las sanciones judiciales en este tipo de situaciones son un precedente importante que contribuye a disuadir la ocurrencia de nuevas violencias contra la prensa. Así lo ha dispuesto la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su informe sobre Violencia contra periodistas y trabajadores de Medios: “Para prevenir la violencia contra periodistas y trabajadores de los medios de comunicación es indispensable que el ordenamiento jurídico sancione estas conductas de manera proporcional al daño cometido”.
Adicionalmente, la Fundación expresa su respaldo a los periodistas amenazados por el riesgo inminente al que se encuentran expuestos y le solicita a la Unidad Nacional de Protección (UNP) que les implementen las medidas de protección necesarias para proteger su vida y su integridad.
A los periodistas de la emisora Frontera Stereo de Maicao (La Guajira) se les prohibió pronunciarse de cualquier manera sobre del alcalde del municipio, José Carlos Molina, y sobre los aspirantes a ciertos cargos de elección popular, así como hacer publicaciones negativas sobre entidades estatales (Policía Nacional, Fiscalía, etc.) y sobre algunas empresas de servicios públicos locales. Lo anterior se conoció luego de que se hiciera pública una carta del 13 de junio en la que Edwin Montiel, director artístico de la emisora, informara a Harvey Cuesta, periodista y director informativo, que tales determinaciones habían sido adoptadas por el cuerpo administrativo de la misma emisora.
En concepto de la FLIP, esta prohibición constituye censura. No es aceptable que un medio de comunicación, menos una emisora de interés público, imponga este tipo de restricciones absolutas a sus periodistas. Vetar del debate público personajes o temas que generan controversia y crítica en el municipio no sólo es una vulneración de la libertad de prensa de los periodistas, sino también del derecho de las audiencias a informarse sobre temas del mayor interés público.
La orden resulta aún más alarmante si se considera que en Macaio, un municipio con cerca de doscientos mil habitantes, sólo existen dos emisoras: Frontera, emisora de interés público asignada a la Institución Educativa Rural # 1 de Maicao (sede Limoncito), y Olímpica Estéreo, una emisora comercial dedicada principalmente al entretenimiento. En la práctica, ello llevaría a que se silenciara uno de los pocos espacios de información sobre asuntos locales en Maicao.
La FLIP se comunicó con Edwin Montiel, quien dijo que la carta no respondió a que la emisora recibiera ningún tipo de presión. Según Montiel, lo que se busca con la medida es evitar que sus periodistas se involucren en política desde la emisora, ya que las emisoras de interés público tienen prohibido por ley participar en política. Además, buscan que sus periodistas tengan un rol de mediador entre las denuncias de los ciudadanos y las entidades públicas y prestadoras de servicios públicos, más que uno que avive la discusión entre ellos.
Al responderle que no es lo mismo hacer política que informar sobre la política, Montiel reconoció que la emisora había cometido un error en los términos en los que redactó la comunicación.
Es importante resaltar que las denuncias relacionadas con las acciones de los funcionarios locales, como el alcalde Molina, o con la prestación del servicio de energía, son asuntos de interés público que han sido considerados tanto por la Corte Constitucional como por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como discursos especialmente protegidos1.
Es por esto que la FLIP hace una llamado a los directivos de Frontera Stereo para que reconozcan públicamente este error y para que levanten el veto que afecta la libre circulación de información de interés público, teniendo en cuenta su función como garante de la libertad de expresión y la responsabilidad social que le asigna la constitución. Además, pide que no se tomen medidas contra ningún periodista de la emisora, en represalia por haber hecho estas legítimas denuncias.
1 "Dentro del rango de tipos de discursos protegidos por la libertad de expresión en sentido estricto, el mayor grado de protección se provee al discurso político, al debate sobre asuntos de interés público, y a los discursos que constituyen un ejercicio directo e inmediato de derechos fundamentales adicionales que se vinculan necesariamente a la libertad de expresión para poder materializarse. Las expresiones de contenido político, o que contribuyen al debate abierto sobre asuntos de interés público o general, reciben –y han recibido tradicionalmente- un nivel especialmente alto de protección constitucional frente a todo tipo de regulación". (Corte Constitucional, sentencia T-391 de 2007).
La Fundación para la Libertad de Prensa -FLIP- rechaza la actitud de Luis Javier Agudelo Guerrero, alcalde de San Cayetano, Norte de Santander, frente a los cuestionamientos del diario Q’hubo. El primer mandatario estigmatizó y amenazó con denunciar penalmente al periodista después de que se hiciera pública una investigación acerca de la posible desaparición de una máquina del municipio.
El pasado sábado 21 de abril, el periódico Q’hubo publicó una nota titulada “Se perdió la retroexcavadora que prevenía desastres en San Cayetano”. En el artículo el periodista Jean Javier García expone la preocupación de la comunidad de este municipio al no conocer el paradero de una retroexcavadora con la que empezó a trabajar la administración en 2010 y valorada en más de 400 millones de pesos.
Como respuesta a la publicación, la secretaria de Planeación, infraestructura y Tic de San Cayetano, Angélica Esteban Acevedo, le envió por chat al periodista una serie de fotografías junto a una retroexcavadora con el fin de mostrar el paradero de la máquina.
En la página web oficial de la alcaldía se publicó, además, una nota titulada “Falsa Noticia Sobre Pérdida De La Retroexcavadora del Municipio de San Cayetano”. A través del artículo institucional, la administración califica como “falsa, incorrecta y deliberadamente manipulada por dicho periódico”, la información difundida por Q’hubo. Según la Alcaldía, la Secretaria se desplazó al taller donde estaría la máquina.
Adicionalmente, la administración anunció que iniciaría acciones legales en contra del medio de comunicación: “De esta forma se solicitará al periódico amarillista Q’Hubo y al periodista Jean Javier García para que desmienta y haga las correcciones en las publicaciones falsas publicadas en dicho periódico; o de lo contrario se actuará conforme a la ley para estos casos”, se lee en la publicación de la administración municipal.
Luego, el lunes 23 de abril, el periodista se comunicó con el alcalde Agudelo, quien se mostró enojado por la publicación y aseguró que no le iba a dar declaraciones sobre la retroexcavadora. El mandatario, además, le dijo al periodista que lo iba a denunciar por calumnia ante la Fiscalía General de la Nación.
La FLIP expresa su preocupación por la respuesta de la administración de San Cayetano, debido a que no expresa una postura transparente sobre el paradero de la retroexcavadora sino que se limita a estigmatizar y amedrentar al medio de comunicación. Según conoció la Fundación, la máquina que se ve en las fotografías de la Secretaria no corresponde a la retroexcavadora del municipio ya que tiene un número serial y características físicas diferentes a las que se evidencian en otras fotos del archivo de la comunidad.
La FLIP expresa su preocupación por la respuesta del alcalde, debido a que vulnera los estándares internacionales de libertad de prensa. Las estigmatizaciones van en contra de los deberes de los funcionarios y ponen en riesgo infundado a los reporteros. La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE) de la CIDH ha sido enfática en declarar que son los funcionarios públicos quienes tienen la obligación de adoptar un discurso público favorable que contribuya a prevenir la violencia contra la prensa: “la obligación de garantizar los derechos de libertad de expresión y a la integridad personal requiere que los funcionarios públicos se abstengan de realizar declaraciones que expongan a periodistas y trabajadores de medios de comunicación a un mayor riesgo de actos de violencia”.
Adicionalmente, la RELE ha dicho que “los funcionarios públicos deben abstenerse de estigmatizar a los periodistas y medios de comunicación (…) eso no significa que no puedan controvertir notas u opiniones con las que disientan. Lo que significa es que tienen que hacerlo de manera respetuosa con la libertad de expresión”.
Sumado a lo anterior, preocupa que el alcalde amenace con tomar acciones penales en contra del periodista, ya que de esta manera busca castigar la crítica a través del sistema judicial. Contrario a lo que se supone que debe ocurrir, el mandatario no pretende aclarar las dudas frente a la problemática. Si el alcalde tiene respuestas frente al caso, una denuncia penal por calumnia no es el camino correcto.
Estos fueron los temas centrales de la IV Cátedra de Libertad de expresión, realizada por el Proyecto Antonio Nariño (PAN).
Durante el evento, que tuvo lugar en la Universidad de los Andes el pasado 28 de febrero, María Emma Wills, asesora de la dirección general del Centro Nacional de Memoria Histórica afirmó que a los periodistas se les debe enseñar que antes que una buena historia, prima el respeto por la dignidad humana. Recordó que la ley 1448 de 2011 dice que las víctimas tienen derecho a una reparación simbólica, y para eso hay que escucharlas y respetarlas.
El conflicto entre la libertad de prensa y el derecho de las víctimas fue el tema central del segundo panel realizado durante la Cátedra. La primera en abordarlo fue Vivian Newman, subdirectora del centro de estudios jurídicos y sociales Dejusticia, que presentó el libro ‘Víctimas y prensa después de la guerra’, en el que se ofrece un parámetro socio-jurídico para cubrir a las víctimas sin atropellar su derecho a la intimidad.
“Las víctimas no son personas públicas por elección propia. Las cámaras hacen que uno actúe distinto… que no llore igual”, recordó Newman después de hablar sobre el incidente entre periodistas y víctimas que se presentó durante las exhumaciones de las víctimas de Bojayá.
Según la subdirectora de Dejusticia, el periodista debe preocuparse por los sentimientos y derechos de las víctimas, hacer un esfuerzo por comprender su concepto cultural de intimidad, identificar las reservas que impiden legítimamente la divulgación y procurar soporte legal.
Para Ginna Morelo, directora de la organización de periodistas Consejo de Redacción (CdR), “si bien la verdad libera, también puede destrozar. Por eso el periodismo de investigación tiene mucho que hacer en Colombia.” Ella recomienda, como ejemplo de narrativa periodística que respeta la dignidad humana, una publicación reciente de CdR titulada ‘Memorias: 12 historias que nos deja la guerra.’
El primer panel de la Cátedra estuvo dedicado a las elecciones presidenciales y legislativas en curso, en medio del fenómeno de las redes sociales. Fue moderado por Ricardo Corredor, director ejecutivo de la Funcación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).
El procurador general de la nación, Fernando Carrillo, abrió la discusión anunciando que designará agentes especiales para intervenir en los procesos penales en los que se investiguen hechos que puedan afectar la libertad de prensa. Dijo que con esa medida se busca “asegurar que no se den ese tipo de agresiones y poner un semáforo rojo al acoso judicial”.
Sobre la rendición de cuentas en época electoral, Carrillo aseguró que el 70% de los candidatos no manejan sus ingresos a través de una cuenta bancaria única, solo el 25% de las campañas tiene actualizada su contabilidad y se han detectado más de 1.300 piezas publicitarias que vulneran el espacio público” (vea aquí el discurso completo). Estas cifras se obtuvieron entre más de 70 visitas realizadas por la Procuraduría.
El Magistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE) Armando Novoa, por su parte, se refirió al fenómeno de la publicidad política en redes sociales. Aunque admitió no tener experticia en el tema, afirmó: “Cuando las redes sociales son utilizadas para promover propaganda electoral, los mensajes que allí circulan pierden su naturaleza privada”.
En la más reciente edición del Premio y Festival Gabriel García Márquez, Fernando Alonso Ramírez recibió el Reconocimiento Clemente Manuel Zabala al editor ejemplar. Ramírez, editor de La Patria de Manizales, es corresponsal voluntario de la Red de Corresponsales de la FLIP desde hace más de 17 años y desde este año es el presidente del Consejo Directivo de la Fundación. A continuación, una transcripción del discurso que ofreció durante la premiación del viernes 29 de septiembre en el Orquideorama del Jardín Botánico de Medellín:
Buenas noches,
La vida es mucho más fácil cuando se camina sobre hombros de gigantes, y a mí me han sobrado hombros para apoyarme, por fortuna, como los de mi esposa, la que me recuerda que al regresar a casa siempre encontraré Esperanza. Y, por supuesto, mi hija, Valeria, el motor que desde que crecía en el vientre de su madre ya movía mi mundo con solo un dedo.
Y en hombros me lleva Orlando Sierra Hernández, mi jefe asesinado hace 15 años por el poder político sicarial que mandaba en Caldas. Este es el único caso en Colombia del asesinato de un periodista en el que se ha condenado a toda la cadena criminal. Falta que se pronuncie la Corte Suprema de Justicia para saber si se quedará así definitivamente o engrosará las listas de impunidad en nuestro país. Ya veremos. Igual nada nos devolverá el inteligente humor de Orlando.
A él y a ustedes les debo presentar excusas por estar aquí y por haber mojado prensa durante esta semana. Mi editor interno me recordó una y otra vez que “los periodistas no son noticia”, tal como reza el Manual de Trabajo Periodístico de La Patria, por lección de Orlando. Para superarlo, me engañé con un cuentazo de cronista: no es protagonismo, es perspectiva de autor. Así llaman ahora al yoísmo, terminacho con el que designo esa necesidad de algunos periodistas por hacernos creer que las cosas son importantes porque ellos se meten a contaminar la historia. A mí no me vengan con ese cuentazo.
Cuando me llamaron a darme la noticia: que el jurado había seleccionado mi nombre para recibir este reconocimiento, no pude evitar darme cuenta de que ese 21 de septiembre él cumpliría 57 años. Él debería estar aquí antes que yo recibiendo el homenaje que nunca tuvo en vida, como los tantos que ha tenido tras su asesinato. Yo, apóstata, convencido de que no se puede tener por cierto nada que no se pueda comprobar por el método científico, tengo que reconocer la magia de Orlando en todo esto. No en vano, su nombre bautiza en La Patria la sala en la que los periodistas libramos a diario batallas campales en el consejo de redacción en busca de un mejor producto. Confiamos en su magia y en las lecciones que repetimos como mantras.
En 1995 recibí una beca de la FNPI para asistir a un taller de reportaje. No estaba programado con Gabriel García Márquez, pero él lo dictó. Escuché de su voz, y lo vi simular con sus manos, esta anécdota: cuando llegó a El Universal, en Cartagena, Clemente Manuel Zabala le corregía de una manera sencilla. Le tachaba todos los renglones escritos y encima de las enmendaduras escribía con corrección.
Nos contó entonces García Márquez que él se fijaba en las correcciones y las iba teniendo en cuenta. Así, cada vez las enmendaduras eran menos, hasta lograr textos limpios. Siempre les cuento esta enseñanza a mis alumnos, porque me funciona. Fijarme en las correcciones que me hacen es una buena forma de soñar con el ideal de un texto limpio.
El último día del taller, García Márquez tomó el trabajo que yo había enviado. El bueno, el de mostrar. ¿Recuerdan que había que enviar uno bueno y uno malo? Claro, uno nunca enviaba el más malo. Empezó a leerlo y terminó con una frase concluyente: “esta es una excelente investigación”. Mi ego subió más que si me hubiera ganado el reconocimiento Clemente Manuel Zabala, y continuó: “pésimamente escrito”.
Ese día él me entrevistó, largo, sobre el reportaje mal escrito, con el fin de ayudarme a encontrar el camino para reescribirlo. Me puso a habilitar. Que lo volviera a escribir y se lo enviara. Les confieso, le incumplí, pero aprendí a revisar mis errores cada día. Y corrigiéndome corrijo a otros, no siempre con éxito. Que lo digan los lectores de La Patria, que nos envían a diario los gazapos que se encuentran en la maraña de las letras impresas, pero tengan la certeza que no lo hacemos a propósito como muchos piensan. Trabajamos cada día por un periódico más riguroso en el quehacer periodístico y más limpio en la gramática y la ortografía.
Volví a la Fundación en 1998, a una reunión de directores de medios, a la que me colé, gracias a que el director de La Patria de entonces, Luis Felipe Gómez -maestro y mentor- no podía asistir. En ese encuentro conocí a María Teresa Ronderos y a Ignacio Gómez, quienes me llevaron de su mano a colaborar con la Fundación para la Libertad de Prensa, en donde me han formado en estas lides y me dieron alas para ser un activista.
La Flip ha sido mi casa desde entonces. Esta semana celebramos el encuentro de corresponsales, aquí en Medellín, y estoy seguro que al recibir hoy este reconocimiento se está rindiendo homenaje a ese grupo de valientes. Yo solo los represento, este año desde la Presidencia, debido a lo mucho que me quiere la gente. Era impensable hace unos años, que se tuviera un presidente de la Flip que vive en una ciudad pequeña como Manizales y de un medio modesto como La Patria.
Y gracias a la Flip conocí a otras personas. Carlos Huertas me invitó a ser parte de un grupo para promover el periodismo de investigación en Colombia y acepté. Consejo de Redacción, la organización que mi maestra Ginna Morelo, y a quien presuntuoso llamo mi mejor amiga, ha hecho grande. CdR está compuesto en su mayoría por periodistas regionales que pagan una mensualidad con el único fin de capacitarse y de mejorar la información periodística en el país.
La Flip y Consejo de Redacción no serían lo que son, si no fuera por los periodistas de región. Y yo estoy aquí simplemente en nombre de todos esos periodistas que se la juegan a diario en sus regiones para informar a sus coterráneos. De todos esos a quienes ningunean desde Bogotá, de esos corresponsales a los que sus jefes no les creen, de esos que quedan en riesgo por su medio cuando un irresponsable enviado especial vuelve a la comodidad de las capitales y suelta cualquier barbaridad sin reflexión previa. En nombre de un país sometido a lo que he llamado el provincianismo a la inversa, que no es otra cosa que ese talento natural que tienen la mayoría de medios nacionales de sentar cátedra de las regiones con base en la mirada de su propio ombligo.
A esto, súmenle los desplantes que se reciben en despachos públicos: “tiene que pedir esa información por Bogotá”. Además de la pésima gramática, esa muletilla oficial demuestra el Bogocentrismo colombiano. O cuando un alto funcionario va a tu región y todos esperamos que resuelva los asuntos pendientes de su cargo allí, pero él se lleva encamado un séquito de periodistas capitalinos a los que les habla de otras cosas. Y si acaso el corresponsal de región puede preguntar se verá obligado a hacerlo sobre lo que le ordenan desde Bogotá porque lo que interesa es su declaración sobre un tema nacional y no la acción o la denuncia de una inversión pendiente en un departamento.
Una buena manera de superar mis carencias han sido los libros. No alcanzo a leer los deseados. Si algo no lo entiendo, busco un libro que me lo explique; si estoy cansado, leo un libro que me divierta; si tengo tiempo libre, leo poesía. Pierdo la cuenta de la cantidad de libros que me han hecho mejor en este oficio. Los subrayó y los comparto, son mi mayor vicio. A ellos llegué inspirado por Fernando y Margarita, mis papás, que todavía viven en la república independiente de Pensilvania, mi pueblo. Ellos dos nos inculcaron a hijos y familia muchos valores, de los cuales resalto tres: honestidad, responsabilidad y solidaridad.
Honestidad es lo que intento lograr en cada información, solidaridad es la que me mueve a aportar algo, desde el voluntariado, a organizaciones como la Flip, como Consejo de Redacción y como Estoy con Manizales, grupo ciudadano para pensar la ciudad. Pero quiero hablarles de la responsabilidad, la que me permitió salir adelante, porque es en acatamiento de este valor que he podido ir superando todas mis carencias. Para que un reportaje saliera bien, yo tenía que madrugar más; si mi sección era chiviada, tenía que buscar la manera de encontrar un nuevo ángulo y me costaba mucho, y aún me cuento entre los primeros que entra a la oficina y entre los últimos que salen. No tengo mucho que enseñar, pero de lo que se acuerdan todos aquellos que han laborado conmigo es que nunca dejé tirado un trabajo y es ese ejemplo el único que me siento en capacidad de dar.
Cuento estas anécdotas, porque de alguna manera hoy, al lograr este reconocimiento se confirma el esfuerzo que ha hecho durante 22 años la Fundación García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano. Si estoy aquí, parado frente a ustedes, para recibir este galardón, es gracias a las entidades que se han preocupado por hacer de mí un periodista menos mediocre.
En La Patria, el periódico de casa, que hoy es además web e informativo radial, todos los que salimos a aprender en talleres como los de estas organizaciones, tenemos el permiso, siempre y cuando asumamos el compromiso de replicar lo aprendido. Esto se hace en el consejo de redacción, que debe ser siempre una tertulia en la que aporta el practicante más joven o el más veterano editor. Y por si acaso no se puede en este espacio, también tenemos una tertulia informal cada miércoles a las 5:30 de la tarde. Están invitados.
Eso es la escuela de La Patria, un lugar en el que aprendemos cada día a hacer un mejor periodismo entre todos, desde que se inició un cambio, que no ha parado, a comienzos de los años 90. Una redacción pequeña con ínfulas, llena de periodistas con la ambición de contar buenas historias y en la que yo apenas soy un coequipero al que el director que nos ha dejado hacer, Nicolás Restrepo, le dio la confianza de coordinarla y permitir varias locuras. Gracias por eso, jefe.
A mis pupilos, que han traído mi nombre a este premio, gracias. Son ellos los que me han graduado como editor y como profesor en la Universidad de Manizales, en donde me sufren. Nunca me preparé para ser jefe, pero las circunstancias determinaron que me convirtiera en eso, como nos pasa a casi todos los editores en Latinoamérica. He tratado de hacerlo de la manera más decorosa posible, y sé que en mi aprendizaje se me fue la mano muchas veces. Repartí más garrote del necesario. A todos con los que en algún momento me excedí, aprovecho aquí para pedirles que me perdonen y sepan que cada día me esfuerzo por repartir menos ‘madrazos pedagógicos’, como los definió un pupilo, y por ser más paciente, lo que tanto me cuesta.
A María Teresa Ronderos, mi guía; a Mónica González, mi maestra en el periodismo de investigación; y a Germán Rey, una inspiración para entender los meandros de la comunicación, gracias por su generosidad. Ustedes y quienes me postularon son la prueba de que soy el producto de la gente que me quiere mucho más de lo que merezco y que hoy encontrará motivos para quererme más.
Gracias.
En Colombia, la información que producen los medios de comunicación es posible por una garantía de doble vía que está en la Constitución: tanto el derecho de los periodistas a recoger y publicar informaciones, como el derecho de los ciudadanos a estar informados.
Esta doble vía lleva a que la información que se publica en el país deba contener dos características indispensables: la veracidad y la imparcialidad. Son dos elementos que hacen que los periodistas no puedan informar de cualquier manera ni que hagan pasar por información lo que son sus posiciones, sus prejuicios o sus interpretaciones personales. A su vez, son dos elementos que garantizan que la sociedad reciba la mejor información para el ejercicio de sus derechos políticos y sociales.
Igualmente, al reconocer la información como un derecho de doble vía, tanto de los periodistas como de sus audiencias, se deben fortalecer los mecanismos que posibilitan el diálogo entre unos y otros, como la solicitud de rectificación. Es de esta forma que se garantiza que los ciudadanos puedan exigir una información veraz e imparcial sin acudir a mecanismos de censura que atentan contra la libertad de expresión.
Con el interés de fortalecer el conocimiento de los límites de la libertad de informar y de promocionar la rectificación como mecanismo de interlocución entre medios y ciudadanos, la FLIP presenta este manual titulado: “Información al derecho – Información para todos”, el cual recoge los estándares que ha desarrollado la Corte Constitucional. Esta cartilla fue producto de un convenio hecho con el Ministerio del Interior y el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas –PNUD–, y presentado en el municipio de Apartadó (Antioquia) el 22 de septiembre con ocasión del taller realizado con periodistas y funcionarios públicos sobre la libertad de informar y sus límites.
La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) presenta el Manual Antiespías: Herramientas para la protección digital de periodistas. Esta publicación busca mejorar el conocimiento y conciencia sobre la seguridad digital de la información y las comunicaciones entre los y las periodistas.
Internet, además de ser una herramienta revolucionaria para el trabajo periodístico, en los últimos tiempos ha significado la existencia de nuevos riesgos para quienes desarrollan este tipo de oficio. Esto ocurre tanto a nivel global como nacional, por lo que se hace necesario acudir a herramientas y prácticas encaminadas a mejorar la protección de la información que circula en la red.
Este manual no entrega soluciones absolutas ni únicas. La evolución de la tecnología y de los ataques hace que cada recomendación y herramienta pierda vigencia con el paso del tiempo. Por otro lado, cada periodista conoce qué es lo que es más importante para su seguridad y decide las medidas que usará para protegerse.
Esta publicación busca, además de aportar elementos puntuales, generar interés para que cada quién esté en busca de mejorar su conocimiento y sus prácticas a la hora de proteger su información y comunicaciones en la red.
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