Fundación para la Libertad de Prensa - FLIP

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Guillermo Cano fue asesinado hace 34 años, cuando salía de las oficinas de El Espectador en Bogotá. El Cartel de Medellín lo puso en la mira luego de que liderara fuertes críticas hacia Pablo Escobar. 

A pesar de que este fue un caso muy mediático y emblemático, su investigación no ha sido especialmente eficiente. A penas en 2019 se impuso medida de aseguramiento a dos presuntos coautores: Gustavo Adolfo Gutiérrez Arrubla, alias Maxwell y Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye. Debido a la muerte de Popeye, a inicios del 2020 la Fiscalía decidió cerrar la investigación que tenía en su contra. 

Hoy honramos su legado, a través de los recuerdos de su hijo Fernando, y decimos no olvidamos. 

 

Guillermo Cano, el valiente

 

Fernando Cano, hijo de don Guillermo, recuerda en esta entrevista, realizada por Camilo Jiménez, cómo fueron las épocas en las que El Espectador empezó a ser atacado. Esta conversación hace parte de uno de los informes que la FLIP entregó a la Comisión de la Verdad en noviembre de 2020.

Guillermo Cano fue uno de los primeros que criticó de frente a Escobar y al narcotráfico en general, pero ¿él conocía los riesgos que producían sus posturas?

El Espectador estaba bastante solo en eso. Nadie lo secundó, ni lo acompañó, y eso abrió un vacío porque llevó al periódico a ejercer una función que no le correspondía: ser el procurador de la Nación. Don Guillermo tenía un clamor: “¿Dónde están las entidades del Estado que deben ponerse al frente de esto?”. Esos dos años entre el asesinato de Lara y el de don Guillermo fueron tensos y terribles. Pero no recuerdo haber visto nunca ni en él ni en los redactores que cubrían esas fuentes ningún temor de avanzar con esas investigaciones.

¿Cómo recuerda los días del asesinato de don Guillermo?

Al siguiente día del asesinato, nos llegó una carta en que nos decían que yo, mi hermano y mi mamá éramos los siguientes. Dijimos: “Mierda, esto no se detuvo acá”. Pero eran tan recientes la rabia y el dolor que decidimos no abandonar la lucha. En reuniones en las que estuvieron don José Salgar, otros directivos y mis otros tíos decidimos seguir publicando notas sobre el narcotráfico, no solo sobre los carteles sino también sobre sus colaboradores en el poder económico. Ahí no hubo ninguna autocensura. 

El asesinato a Guillermo Cano era un ataque contra todo el diario, que posteriormente sufriría más atentados contra sus periodistas e infraestructura. En palabras de Cristian Valencia, escritor de otro de los informes entregados a la Comisión, El Espectador “era el único medio con cobertura nacional que se atrevía a poner en boca de todos las discusiones necesarias para la consolidación de una nación pluralista, diversa y multicultural, que serían los pilares, a la postre, de la Constitución del 91”.

Para conmemorar este aniversario, creamos esta línea del tiempo con los principales hitos en la investigación del asesinato de Guillermo Cano. 



 

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Today, April 30, 2020, UNESCO announced that Colombian journalist Jineth Bedoya Lima has been awarded with the Guillermo Cano Press Freedom Prize, 2020 edition.

The UNESCO Guillermo Cano Award is led by the Guillermo Cano Isaza Foundation and Unesco, with the support of the Helsingin Sanomat Foundation and the Namibia Media Trust. It is the highest worldwide recognition in the field of press freedom.

In all its editions, this award has been a tribute to the legacy and courage of Colombian journalist Guillermo Cano Isaza. For 24 years, the award has traveled the world, recognizing courageous journalists who have stood out for their contributions to the defense and promotion of free journalism.

This year, the global award for an outstanding Colombian journalist arrives for the first time to its home country, to highlight journalist Jineth Bedoya, deputy editor of El Tiempo newspaper, director of the No es Hora de Callar (This is no Time to Remain Silent) campaign, defender of women's rights, and champion against impunity for crimes against the press. Jineth is a survivor of the kidnapping, torture and sexual violence she suffered in 2000, when he was part of the judicial newsroom of El Espectador newspaper, the same media that mister Guillermo Cano Isaza led until the last day of his life.

For FLIP, today is an incredibly special and emotional day. We have had the honor of first-hand knowing the rigor and persistence of Jineth Bedoya in the struggle for a free press and against the impunity of her own case. Since 2010, we have supported the judicial representation of her case before the Colombian criminal system and before the Inter-American Court of Human Rights, an organization that this year will evaluate the international liability of the Colombian State in her case, that was declared as a crime against humanity since 2012.

We call on the Colombian society to applaud Jineth Bedoya for this well-deserved recognition. Her story and struggle are as inspiring as they are important for a country where violence against women, attacks on the press and censorship continue to be attacks on civil liberties that, unfortunately, exist in Colombia.

“I believe that UNESCO’s Guillermo Cano Award is that: to show the world that voices often are much more powerful than the anger and rage of those who want to silence us”: Jineth Bedoya.

“When I met Jineth, I was struck by her tenacity and courage, but I was also shocked to realize how hard the struggle for justice is. Your story, Jineth, is an example for everyone, to continue to advance in the search for justice without hesitation": Guilherme Canela, advisor on Communication and Information of the UNESCO Office.

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We worked in partnership with IFEX to produce this video about the role played by journalists in defending freedom of expression and the right to information.

See the story of Guillermo Cano Isaza, Jineth Bedoya Lima and Edison Molina and their fidhts against impunity.

This video pays tribute to all Colombian journalists who have been threatened, attacked, or murdered because of their work.

 

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El 1 de noviembre, la Fiscal 53 Especializada contra Violaciones a los Derechos Humanos, asignada al caso de Guillermo Cano, decidió la apertura de instrucción y la vinculación de Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye, y Gustavo Adolfo Gutiérrez Arrubla, conocido como alias “Maxwell”, quienes fueron citados a indagatoria para escuchar su versión sobre los hechos.

Popeye y Maxwell fueron personas cercanas a la actividad delincuencial del Cartel de Medellín y de Pablo Escobar. Según testimonios recogidos en la investigación, Popeye hizo referencia al asesinato del periodista diciendo: “Matar a Guillermo Cano fue una vuelta fácil”. En cuanto a la participación de Gutiérrez, testigos lo señalan como: “una persona conocida con el alias de Maxwell, (...) y quien fue el encargado de desarrollar los trabajos de inteligencia en la ciudad de Bogotá, para el asesinato de diferentes personas, incluido el señor Guillermo Cano”.

El periodista fue asesinado el 17 de diciembre de 1986 por sicarios pertenecientes a la banda los Priscos, grupo criminal al servicio del Cártel de Medellín. En la investigación se ha encontrado que esta organización veía el trabajo periodístico de Guillermo Cano como una potencial amenaza para los intereses del narcotráfico en aquella época.

La FLIP se constituyó como actor popular dentro de este proceso en febrero de este año y ha venido haciendo seguimiento e impulso de las labores investigativas efectuadas por la Fiscalía con el fin de vincular a otros presuntos responsables. Por eso considera que la declaración de estos vinculados es un avance que reabre la oportunidad de lograr justicia en este caso

La FLIP resalta la labor de la fiscal quien, después de 32 años del homicidio del periodista, logra la vinculación de dos presuntos responsables. Así mismo, hace un llamado para que el Fiscal General de la Nación y la Vicefiscalía continúen comprometidos con el esclarecimiento de este caso y de otras agresiones contra periodistas que aún se mantienen en la impunidad.

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El 2 de octubre en Boulder, Colorado (Estados Unidos), se llevó a cabo una reunión entre la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el Estado colombiano, la familia Cano Busquets y las organizaciones vinculadas al caso del asesinato de Guillermo Cano Isaza.

La CIDH reconoció que en el curso del proceso internacional se cometieron errores con respecto a los derechos de las víctimas. Los familiares valoran positivamente esta consideración y esperan que el proceso se retome desde el 2001, cuando todos estos errores comenzaron.

El Estado colombiano no reveló ningún avance significativo en lo relacionado con la investigación de los autores materiales e intelectuales del asesinato de Cano. Sin embargo, la FLIP reconoce su disponibilidad y compromiso de cumplir con las recomendaciones de la CIDH.

El comisionado relator para Colombia asumió personalmente el compromiso de llevar al pleno de la Comisión la solicitud de los familiares. La Comisión afirmó que para el próximo diciembre ya habrá respuesta a esta solicitud.


Aquí puede leer la carta de Ana María Busquets de Cano.

 


Comunicado de la familia Cano Busquets y organizaciones por el caso del asesinato de Guillermo Cano

El Estado colombiano fue citado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con el fin de realizar una reunión de trabajo acerca del homicidio del periodista Guillermo Cano Isaza.

La familia Cano Busquets, la Fundación Guillermo Cano Isaza, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), el Robert F. Kennedy Human Rights y la Fundación para la Libertad de Prensa publicaron un comunicado conjunto debido a su presencia en el 169° periodo de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Lea aquí el comunicado en línea.

 

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Por Pedro Vaca Villarreal*

En febrero de 2017 denunciamos que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) no ha sido diligente con el trámite del caso por el asesinato del periodista Guillermo Cano Isaza. Un año después las explicaciones no llegan y sigue en entredicho la transparencia de este organismo internacional.

El caso Guillermo Cano llegó a la CIDH en 1997, once años después del asesinato, pero se congeló en el año 2001. El trámite es extraño: la CIDH abrió las puertas a una solución amistosa entre el Estado y la familia Cano el 16 de febrero del año 2001, pero esta oferta fue rechazada cuatro días después por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Tres días más tarde, el 23 de febrero, la CIDH cerró el trámite conciliatorio, decidió unificar el caso con otro proceso sin mayor explicación y declaró la responsabilidad del Estado Colombiano emitiendo una serie de recomendaciones que jamás vigiló en 17 años. La CIDH tardó alrededor de una semana en agotar fases que normalmente le pueden tomar más de 5 años. Acelerar el camino a la impunidad no es un mérito, es un error que se debe enmendar.

Nunca dieron aviso a los familiares y, salvo los Comisionados de esa época y los funcionarios de la Cancillería Colombiana, nadie supo sobre esta decisión hasta el mes de diciembre de 2016 cuando la FLIP tuvo acceso a parte del expediente. La CIDH sabe lo que está pasando, pero ha preferido callar. Un malabar procesal en un caso tan emblemático que ha motivado a la UNESCO a otorgar cada año el premio global “Guillermo Cano a la libertad de prensa”. La CIDH hizo y mantiene una maniobra opaca, una acción más cercana a contribuir a la inmerecida reputación del Estado Colombiano que a los estándares interamericanos de justicia, transparencia, reparación y garantías de no repetición. Ojalá se descubran los verdaderos intereses detrás de esta actuación.

La Comisión no solo hizo que se esfumara una expectativa de justicia para la familia Cano, el diario El Espectador, los 14 periodistas de este medio que han sido asesinados y para la sociedad colombiana que ha sido finalmente la mayor afectada por la falta de información producto de la violencia contra la prensa. La CIDH también impidió que el continente produjera a tiempo estándares que habrían resultado de gran utilidad para poner freno a la violencia contra periodistas. Hoy el hemisferio clama a gritos obligaciones perentorias y no simples recomendaciones para los Estados. México, Honduras, Guatemala, Brasil y Paraguay se suman al listado de países donde matar periodistas no tiene consecuencias. En Colombia, 47 periodistas han sido asesinados desde el día que la CIDH decidió meter en un cajón desconocido el caso de Guillermo Cano.

La CIDH está en Colombia por estos días en un periodo extraordinario de sesiones en el que puede hablar de todo, menos de Colombia. Sin embargo, nada nos impide hablar sobre ella y sea esta la oportunidad para preguntarle ¿Por qué no responde por el caso de Guillermo Cano?

Ojalá, con la misma fuerza con la que este organismo promociona la transparencia, brinden una respuesta. 

*Director ejecutivo de la Fundación para la Libertad de Prensa - FLIP

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Un mes antes de que cegaran la vida de Guillermo Cano Isaza, el mismo cartel que se había ensañado contra todo aquel que los nombrara asesinó al coronel Jaime Ramírez Gómez, entonces comandante del Departamento Antinarcóticos. Ramírez había desmantelado los laboratorios de “Tranquilandia” en marzo de 1984, ese año, por esos días, también silenciaron al ministro Rodrigo Lara Bonilla.

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Monday, 06 February 2017 20:54

Guillermo Cano Isaza

Periodista. Fue el director del periódico El Espectador. Tenía una columna de opinión llamada “Libreta de Apuntes”. Denunció la mafia del narcotráfico públicamente y el escándalo financiero del Grupo Grancolombiano. Fue asesinado el 17 de diciembre de 1986 por sicarios cerca a las instalaciones del periódico en Bogotá.

Estado procesal:

En julio de 2010 el asesinato de Guillermo Cano Isaza fue declarado crimen de lesa humanidad. Sin embargo, aunque esta decisión de la Fiscalía evita que el crimen prescriba, desde entonces no hay avances judiciales. El expediente lleva 6 años sin actuaciones relevantes.

Existen dos condenas por estos hechos, la primera contra Castor Emilio Montoya por haber sido intermediario en la contratación de los sicarios quien nunca fue capturado; y la segunda contra Luis Carlos Molina Yepes, conocido como el banquero del cartel de Medellín y desde cuya cuenta bancaria se giró el cheque para pagar a los asesinos.  Molina fue condenado a 16 años y 8 meses de cárcel, solo pagó 6 años por rebaja de penas.

 

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Un día como hoy, hace 29 años quedó grabado en la memoria de los colombianos. Un día como hoy,  fue asesinado el director del periódico El Espectador Guillermo Cano Isaza.

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Hoy, 17 de diciembre de 2013, se cumplen 27 años del asesinato de Guillermo Cano Isaza, director del periódico El Espectador, por parte del Cartel de Medellín. La FLIP rechaza la falta de avances en el proceso judicial que se adelantan por estos hechos.

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